Mi primera reacción ante la noticia fue preguntarme cuál es su misión en aguas mexicanas. Y ahora lo tengo muy claro. Dentro de Greenpeace es emblemático un barco, porque después de conocerlo, entiendo que es una de las herramientas más fuertes que tiene la organización para trabajar.

Greenpeace tuvo su origen en un barco, cuando defendió el ambiente al intentar detener pruebas nucleares en una isla en Alaska. Un grupo de personas creyó que no era bueno dañar el área haciendo pruebas tan destructivas, y en un pequeño barco, el Phyllis Cormack, intentó detener las pruebas. Sin pensarlo, esa fue la primera acción de Greenpeace.

En ese momento no lograron detener esa prueba, pero estas personas lograron captar la atención pública y fue el detonante para que miles de manifestantes pidieran que las pruebas se detuvieran de manera definitiva. Así fue como después de varios intentos, Estados Unidos detuvo sus pruebas nucleares y desde entonces esa área está protegida.

Greenpeace se ha caracterizado por sus acciones directas para impedir que se consumen actos que van contra la naturaleza. Esto, es la forma de hacer que gente de todo el mundo se entere de lo mucho que algunos dañan al planeta. Así, se consigue que toda esa gente tome conciencia y acción para que el rumbo de las cosas cambie.

Ahora, con su visita a México tiene la intención de decirle a nuestro país muchas cosas: Que hay gente trabajando en todas partes del mundo para crear mejores condiciones medioambientales, que los barcos de Greenpeace trabajan 365 días al año en los mares y océanos, que es posible tener barcos modernos y eficientes que respeten a la naturaleza, que no es necesario estar en el barco para participar, contribuir y ser parte de un movimiento global.

El Raibow Warrior tiene cualidades increíbles, una de ellas es su gente. La tripulación del barco es muy diversa e interesante: es gente muy capacitada, todos están certificados para las labores que desempeñan. Hay un capitán y se apoya en tres oficiales para navegar al barco. Además hay varios marineros, un cocinero que es un excelente chef mexicano, ingenieros, un encargado de las comunicaciones, gente capacitada para atender un hospital dentro del barco.

Muchas nacionalidades están presentes: Italia, Panamá, Colombia, Estados Unidos, Australia, Holanda, Alemania, Inglaterra y, desde luego México. ¡Gente de todo el mundo se involucra, pero sobre todo actúa! Casi siempre hay por lo menos dos voluntarios, como yo en esta ocasión. Y esta parte es muy importante, porque permiten que todo el significado del barco fluya y sea conocido por la organización completa.

En fin, es increíble poder vivir esta historia y descubrir cómo un futuro sustentable, es posible. ¡Te invito a seguir muy de cerca este tour en www.subetealbarco.org!