Kumi Naidoo - 18 de septiembre de 2013

Me desperté esta mañana con un nudo en el estómago cuando me puse a revisar mi Twitter y el correo electrónico.

Eran las cinco de mañana pero yo estaba despierto. Físicamente me encontraba en Amsterdam pero mi corazón estaba en Rusia, donde yo sabía que cinco de mis compañeros activistas se habían lanzado a la acción en una plataforma petrolera en el Ártico, - un equipo con el que estoy muy familiarizado.

A través del rastreo de las primeras imágenes y leyendo los tuits del Arctic Sunrise, todo me inundó: el fresco, el aire salado por la mañana en mi cara, el recordar cómo se veía la cremallera inflable junto a la plataforma gigante de Gazprom, lo áspero de la cuerda contra mis manos y la plataforma Prirazlomnaya elevada sobre nosotros.  La metáfora de David contra Goliat más real que nunca. A mi lado, los ojos de Sini mirando a través de la brecha entre el casco y la bufanda, su actitud tranquila y su radiante positividad.
 
Sini es una activista de Greenpeace en Finlandia, y su compromiso con la causa es muy fuerte. Ella es del Ártico. Esa no era su primera acción y yo estaba agradecido por su serenidad,  yo encontré mi fuerza en ella. No me sorprende que ella fuera la única que volvió hoy para la segunda ronda.

En agosto pasado, cuando Sini y nuestros compañeros activistas estaban en el Ártico ruso, casi dos millones de personas luchaban a nuestro lado para lograr que el alto Ártico fuera nombrado un santuario global, y exigían con nosotros la prohibición en la extracción de petróleo y la pesca industrial en la zona. Eso fue sólo dos meses después del lanzamiento de nuestra campaña.
Un año más tarde, mientras escribo esto, nuestro movimiento es ya de casi cuatro millones de personas. Somos cuatro millones de personas de todos los rincones de este planeta que nos hemos unido para decir lo necesario. Cuatro millones de personas que saben que lo que está en riesgo es demasiado valioso. ¿Quién no sabe que un derrame de petróleo en esta frágil región es casi inevitable?

Después de haber pasado 15 horas acampando  al lado de esta  monstruosidad -hace un año-, les puedo asegurar que el Prirazlomnaya es un débil ejemplo de la ingeniería moderna.  Esta antigua plataforma fue improvisada a partir de piezas oxidadas de plataformas clausuradas del Mar del Norte, que se quedaron por años como una construcción sin terminar antes de ser arrastrado a donde se encuentra ahora. Incluso ahora está en mal estado, como se muestra en las imágenes de video mostradas por Greenpeace la semana pasada.

Y a pesar de esta evidencia de montaje y su legado de desastres, Gazprom , se perfila como la primer plataforma de perforación  en el mundo que  quiere producir petróleo en altamar del Ártico. El año pasado, la compañía tenía el mismo objetivo, pero poco después de nuestra protesta anunció un retraso.

Esa demora –así como la "pausa " y cancelaciones por un sinnúmero de otras empresas con similares ambiciones árticas-, son la prueba de que nuestro movimiento de protesta es de gran alcance: que la extracción de petróleo del Ártico es evitable y que podemos detener a estas empresas.

Ahora Sini está en el barco de la Guardia Costera de Rusia de nuevo. Ha sido un largo camino desde su casa, probablemente tenga frío y esté cansada. Pero ella sabe, tal como lo hizo cuando estaba en esa plataforma, que no está sola. Desde donde quiera que miro, desde Estambul hasta Indiana, observo que se reavivó la tradición de la desobediencia civil. Algo está sucediendo. Hay un cambio en la conciencia, la que nos esperábamos que vendría, donde la gente común en todas partes se da cuenta de nuestro poder colectivo y actuamos en consecuencia. Todos somos parte de ella.

No todos podemos escalar una plataforma. No todos podemos encadenarnos frente a un tren de carbón o dirigir una revolución. Pero todos podemos hacer algo.

Estés donde estés, tú puedes ayudar a Sini y al equipo, y ser parte de esta acción al unirte al movimiento, al compartir las fotos, o por Twitter  dándole  tu apoyo.

Cada acto de rebelión pacífica - no importa lo insignificante que aparente ser – todo suma.

Únete a nosotros. Únete a Sini, Marco, Camila, Felipe, Tomasz y Anthony.  Únete a mí y a millones de personas en todo el mundo.

Juntos vamos a detener la extracción de petróleo del Ártico frente a ellos.