La historia de David contra Goliat es el ejemplo de que aunque existan factores en contra que nos coloquen en una situación de desventaja frente a los abusos de “los poderosos”, siempre habrá posibilidades de salir triunfantes. La defensa del maíz nativo mexicano nos ha dado también esta lección.

México es el lugar donde nació el maíz y ha sido cultivado por manos indígenas desde hace más de 8 mil años. Los campesinos mexicanos lo han adaptado a diferentes condiciones agronómicas, permitiéndonos cosechar miles de variedades desde el norte hasta el sur, de montañas a valles, de costas a bosques, y compartirlo con otros continentes.

Sin embargo, la industria de la biotecnología pretende que en nuestro campo se cultiven únicamente las semillas que ellos venden y que han modificado genéticamente reduciéndolas a  dos tipos de granos: uno que produce insecticida y otro que tolera grandes cantidades de herbicidas.

Afortunadamente, la decisión de un juez federal ha bloqueado la siembra de maíz transgénico en nuestro territorio debido al riesgo que éste representa para el medio ambiente y para la biodiversidad. Un cultivo transgénico puede llegar a contaminar variedades nativas y orgánicas, con lo cual éstas podrían desaparecer.

Las transnacionales, encabezadas por Monsanto, y las secretarías de medio ambiente y de agricultura gracias a su equipo de abogados y sus indudables recursos económicos han presentado 86 apelaciones para revocar la decisión del juez.

Por eso es que miles de ciudadanos alrededor del mundo se han unido a la defensa del maíz mexicano. ¿Cómo? Apoyando la recaudación de fondos para fortalecer la batalla legal que un valiente grupo de abogados, científicos, campesinos y organizaciones no gubernamentales iniciaron hace dos años, a través de una acción colectiva, y que ha sido la razón de que se frenara la siembra de maíz transgénico en nuestro territorio.

Este es un momento decisivo para nuestro maíz, que con su diversidad, sus colores, sabores, y texturas forma parte esencial de la cocina mexicana, reconocida como patrimonio intangible de la humanidad por la UNESCO.

Tú puedes convertirte en un David y apoyar la lucha contra el Goliat de los transgénicos. Súmate a la recaudación de fondos para seguir financiando la acción colectiva en defensa de nuestro maíz. Quedan 21 días para alcanzar la meta de 260 mil pesos (14 mil 982 euros). 

El maíz mexicano cuenta contigo.