1- Más de 1 millón de personas en todo el mundo apoyaron la iniciativa: esto quiere decir que somos muchos los que estamos haciendo presión para que el sueño del santuario ballenero se haga realidad y ¡podemos lograrlo! Juntos podemos hacer grandes cosas. Si hicimos que Shell se vaya del Ártico, ¿cómo no vamos a lograr que el Atlántico Sur sea un santuario de ballenas? Si tú ya firmaste dile a un amigo que se sume. Tenemos que seguir haciendo presión.
2-En 2018 tendremos otra oportunidad. La Comisión Ballenera Internacional vuelve a reunirse en dos años y podemos pedir nuevamente por el santuario. Es necesario capitalizar todo el apoyo público y político para que finalmente se vote la propuesta en 2018. Además la sede del encuentro podría ser Brasil, lo que nos da un buen contexto para exigir que se proteja a nuestras ballenas.
3- Todo el bloque latinoamericano votó a favor del santuario, además de varios países de la Unión Europea. Esto significa que toda nuestra región es consciente de la importancia de proteger no sólo a nuestras ballenas sino también a nuestros océanos. Es clave que los países de Latinoamérica estemos de acuerdo en la defensa de las ballenas, mamíferos tan majestuosos y fundamentales para los ecosistemas marinos.
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