Greenpeace / Prometeo LuceroViernes por la tarde. Me quedé de ver con mis compañeros de Greenpeace México en una esquina concurrida de Cancún, pasamos rápidamente a comer y nos enfilamos hacia Chichen Itza, dos horas de camino nos esperan, una remolque con un globo aerostático está enganchado a la parte trasera. Es relativamente temprano, son las 6 de la tarde pero ya no hay luz de día, el horario de invierno ha hecho de las suyas en el oriente de la República Mexicana. Si bien vamos cómodos en la camioneta no hay demasiado espacio. Unas horas después estamos en nuestro destino donde nos reunimos con los compañeros de Greenpeace Internacional para conocer a detalle el plan. Nos asignan a nuestros compañeros de cuarto y después de platicar un rato nos vamos a dormir; mañana hay que madrugar y nos espera una jornada dura.

Sábado por la madrugada. La presión que implica la actividad de hoy no me ha dejado dormir, tampoco los camiones que pasan al lado de la carretera y mucho menos los ronquidos de mi compañero de cuarto. Con el riesgo de quedarme dormido me pongo tapones para los oídos. Aun así, me despierto 5 minutos antes de que suenen las 4 alarmas que hemos dispuesto. Siendo tan temprano me da tiempo de ir a la tienda por un café de dudosa calidad y poder despertar con algo de cafeína que no sabemos cuanto tiempo lleva en la cafetera. La mañana está cubierta por una niebla que parece despejarse por momentos y en otros tantos nos cubre totalmente. Poco después salimos hacia el sitio arqueológico de Chichen Itza con la esperanza de que se despeje la niebla en algún momento.

A nuestro arribo no encontramos ningún problema, entramos con toda confianza y con el permiso de las autoridades que accedieron de muy buena manera. Los guardias del lugar no podían estar en mejor disposición con nosotros, los permisos y todo estaban en regla.  Platicando con ellos nos dicen que a los aluxes, los duendes mayas, no les gustan los globos, que ya varias veces han intentado volar sobre las ruinas y siempre algo sale mal. Hoy todos pensamos positivo, y a pesar de que son las 7:20 y la niebla no despeja creemos que habrá una instante donde todo se levantará de súbito y ¡click! la foto estará lista.

Pero la niebla es densa, más que al principio, y nos impide volar el globo este día, tendremos que esperar al domingo... los aluxes están haciendo travesuras de nuevo.

No para de llover. Una vez más a dormir temprano.  Mañana hay que salir aún más temprano, el piloto quiere que a las 6:30 el globo este inflado y preparado para salir. La lluvia sigue cayendo cuando voy a dormir. Me detengo a pensar que en el mejor de los casos va a estar todo encharcado y no será fácil lidiar con el globo. Mejor me duermo.

Una vez más le gano al despertador, esta vez por 4 minutos. Ya no llueve. Me lavo la cara y me dirijo a la misma tienda por el café que ya por ahora debe llevar una semana en esa cafetera.  Mala cafeína es mejor que nada de cafeína.  Saludo al piloto y dice “Es el día perfecto para volar, aún mejor que ayer”. Por dentro pido a los aluxes nos dejen trabajar esta vez.

Al 10 para las 6 el equipo de voluntarios estamos todos arriba de la camioneta. Vemos como los fotógrafos corren de un lado para el otro, los coordinadores de Greenpeace salen, suben, bajan de sus autos, se hablan, y nos hacen la señal de que esperemos. Un auto no enciende. No saben por que. Se reparten en el resto de los automóviles y salimos hacia el lugar. Ya vamos unos minutos tarde, no podemos perder mas tiempo.

Despunta el alba en el recorrido de 5 minutos, no hay nubes en el cielo, el asfalto no esta encharcado como había pensado. Llegamos al estacionamiento, la pluma esta encadenada y ¡oh, sorpresa! el guardia dice que no nos dejará entrar. Y no, y no, y ¡no!  Ayer fue otra situación, pero hoy es diferente, él no tiene notificación y por lo tanto no puede hacerlo. Por una parte lo entiendo, está haciendo su trabajo, pero después de haber hablado con la jefa superior por teléfono y ella haberle dicho que sí, pasan otros 5 minutos en los que se niega a quitar el candado. Todo está perfecto excepto la disposición.

Tras unos minutos más de negociación abre el candado, entramos desbocados y en 5 minutos teníamos las cosas del globo dispuestas en el piso listas para el ensamblaje. El capitán tiene más de 30 años volando globos para Greenpeace, así que él sabe de las carreras y de como hacer las cosas bien. Seguimos sus instrucciones, comienza a soplar el aire con el ventilador y ya con aire adentro enciende los quemadores, el globo comienza a elevarse lentamente. 4 personas por cuerda es lo mínimo requerido, y así estamos dispuestos, tenemos que evitar que suba demasiado y también tenemos que evitar que se estrelle contra las copas de los árboles.  

El globo ha subido y bajado sin problema alguno, los equipos de 4 personas comenzamos a sudar. No hay contratiempos y escuchamos a lo lejos el rotor del helicóptero, pocos segundos después lo vemos pasar frente a nosotros. Sobrevuela la zona varias veces, nosotros sólo nos tenemos que encargar de que la manta que tiene el globo quede del lado correcto.  Así lo hacemos, corremos para un lado y para otro. Nos alejamos, nos acercamos, posamos el globo sobre el asfalto y lo volvemos a subir.  Sólo escuchamos que dicen por el radio que la vista es espectacular. Que lo estamos haciendo bien. Poco después dicen “bien, pueden bajar el globo, el helicóptero ya se va".  En el reloj se leen las 7:30. Todo ha salido bien, los aluxes nos dieron permiso de sacar la foto.  En mi pensamiento les agradezco enormemente.

Es tarea del equipo de fotógrafos y de comunicaciones escoger las mejores fotografías y subirlas a la red. Ahora el globo está en sus manos.

El globo ya está en el remolque, nosotros vemos como los turistas comienzan a llegar y mientras tomamos agua discutimos algunas cosas de la intensa y rápida jornada del día.

Les comento a mis compañeros, mientras vamos a desayunar, que para estos momentos la imagen ya ha de estar en la redacción de varios periódicos del mundo.  La imagen y el mensaje fueron claros para todos.  Desde el corazón maya: “rescaten el clima”.