Los Tuxtlas, Veracruz: bosques convertidos en bisteces

En 1981, 62 por ciento de la cubierta vegetal natural de Veracruz (4,458,044 ha) ya había sido transformada: 49 por ciento para actividades agrícolas, 49 por ciento para ganadería y dos por ciento en selvas secundarias o tierras de barbecho. Para 2000, sólo 18 por ciento de la superficie total de Veracruz mantenía su vegetación original y apenas 8 por ciento no había sido perturbada.

Este deterioro ha sido ocasionado por distintos procesos económicos, principalmente por el desarrollo de la ganadería extensiva y de distintos cultivos comerciales. Durante los últimos 50 años se ha perdido la mayor parte de la cubierta forestal original y para 2007 sólo quedaba cerca del 9 por ciento y, en al menos, 10 por ciento del territorio existen problemas de pérdida de suelo en grado severo.

Un ejemplo documentado de la deforestación en Veracruz, es el caso de Los Tuxtlas. La primera estimación de la deforestación en esta zona señala que en la porción norte de la sierra, la selva se redujo en un 56 por ciento entre 1967 y 1986. Para ese año había desaparecido 84 por ciento de la vegetación original en el macizo del volcán San Martín Tuxtla. Si se extrapola la tasa de deforestación de 4.3 por ciento reportada por el estudio en ese periodo, hacia la década de 2020 sólo quedará 8.7 por ciento de la vegetación natural que existía en 1960.



En otra investigación se encontró que entre 1990 y 1993 aumentó la tasa de deforestación en la región alcanzando 9.4 por ciento anual, lo que se tradujo en la reducción de 50 por ciento de la superficie forestal que quedaba. De esta manera, para 1993 restaba solamente el 56 por ciento (54,281 ha) de la cubierta original que había sido reportada en 1972 y que correspondía al 21.7 por ciento de la superficie total de la sierra.

En la actualidad, la selva está fuertemente fragmentada: cerca del 90 por ciento de la vegetación natural desapareción en los pasados 30 años. Las selvas de la región aún están en riesgo debido al incremento de la presión humana sobre los recursos naturales, la pérdida de conocimientos locales acerca de la biodiversidad y su manejo y el debilitamiento de la cohesión social.

De acuerdo con la Comisión Nacional Forestal (Conafor), a pesar de que han disminuido los impactos de los programas gubernamentales que promueven agricultura y ganadería, la deforestación continúa. De acuerdo con la Coordinación General de Producción y Productividad de esta dependencia, existen aún 3,260 ha con un índice de riesgo de deforestación de medio a muy alto.

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