Si existe la justicia en Japón, Junichi y Toru saldrán libres

Noticia - 7 junio, 2010
Este martes 8 de junio, un fiscal de la Suprema Corte de Japón decidirá el futuro de los dos activistas de Greenpeace: libertad o hasta 10 años de prisión para Toru Suzuki y Junichi Sato, quienes han enfrentado un juicio de dos años, luego de que denunciaron públicamente la caza ilegal de ballenas y la malversación de fondos en esa industria con el conocimiento del gobierno japonés.

Activistas enfrentan un juicio en Japón por defender a las ballenas

La corte desestimó  las pruebas presentadas por la organización ambientalista y acusan a Junichi y Toru por robo y allanamiento. Ambos activistas tienen en su contra las prácticas corruptas del gobierno y la censura de la información pública. En este caso no ha importado que Japón esté violando derechos humanos reconocidos en todo el mundo como la libertad de expresión y el derecho de protesta individual, además de la matanza comercial de miles de ballenas; estos son los verdaderos temas sobre la mesa.

Mientras se da el veredicto de la Corte, un grupo de trabajo del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas ha declarado que el gobierno japones violó los derechos de los activistas quienes actuaron para exponer un escándalo de interés público.

Desde su arresto inicial en junio de 2008, más de un cuarto de millón de personas han firmado una petición para exigir justicia para ambos activistas. Expertos en leyes, grupos de defensa como Amnistía Internacional y grupos de derechos humanos  de todo el mundo han expresado su preocupación por la acusación y han puesto en duda la legitimidad de la acusación.

En la víspera de la resolución del juicio, en un acto simbólico fueron "liberadas" sesenta y ocho ballenas inflables en el parque Longtan, de Beijing, en demanda de libertad para los dos activistas y en contra de la caza de ballenas.

Greenpeace insta al gobierno japonés para liberar a los dos activistas y detener inmediatamente la caza de ballenas en el Océano Austral que comprende un área de 28 millones de kilómetros cuadrados entre tres océanos principales: el Pacífico, el Atlántico y el Índico y el cual representa alrededor del 15 por ciento de la superficie de oceános a nivel mundial.

"Hace dos años, mi colega Toru y yo, tomamos medidas para tratar de detener la caza de ballenas y cambiar el rumbo de la pérdida innecesaria de la vida en los océanos. Durante los últimos dos años hemos pagado el precio de la protesta pacífica: se nos ha acusado de robo y transgresión. Yo sé que lo que hice estuvo bien, pero no sólo yo lo creo así, el Consejo del Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria de las Naciones Unidas de Derechos Humanos ha determinado que nuestra investigación es legal, que nuestra persecución es política y que nuestros derechos humanos han sido violados. A pesar de ello, y a pesar de innumerables protestas en todo el mundo, Toru y yo todavía podemos ir a la cárcel, hasta por diez años", afirma en una carta Junichi Sato.

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