Hasta EUA considera errada la política forestal de México

Noticia - 7 septiembre, 2011
Este martes el periódico Milenio retomó una nota publicada por Wikileaks en la que la embajada de Estados Unidos en México destaca que la administración de Felipe Calderón ha tenido problemas para hacer frente a la agenda ambiental y que su estrategia se ha quedado corta en la aplicación de políticas y programas.

Deforestación en Michoacán. Greenpeace / Gustavo Graf

En cuanto a la situación de nuestros bosques, la nota con fecha del 15 de enero de 2010, refiere que “la deforestación sigue teniendo un efecto devastador en el paisaje del país”, que “México ha perdido 27 por ciento de su vegetación original”, y continúa “…uno de los esfuerzos más visibles del presidente Calderón para combatir la deforestación es la creación del programa ProÁrbol. La misión principal del programa es plantar más árboles en México. Sin embargo, mientras que las Naciones Unidas reconocen a Calderón por la plantación de 250 millones de árboles en 2007, Greenpeace informa de que sólo diez por ciento de los árboles sobrevivieron”. En cuanto al impacto económico de la política forestal añade “… la producción de madera de México disminuyó significativamente de 9.4 millones a 6.5 millones de metros cúbicos en 2005, y no se ha recuperado… la creciente demanda interna de productos de la madera es cubierta de manera creciente con importaciones, lo que contribuye a un crecimiento en el déficit comercial (estimado en 5 mil 800 millones de dólares en 2008)”.

No podríamos estar más de acuerdo con este diagnóstico: Greenpeace ha denunciado durante años que la actual política forestal, al priorizar los programas de reforestación, no está encaminada a resolver los problemas de fondo que ocasionan que México pierda casi medio millón de hectáreas de bosques cada año. Esto tienen graves consecuencias para la biodiversidad, el abasto de agua y acelera el cambio climático, a la vez que nos hace más vulnerables a sus impactos (inundaciones, sequías y huracanes, por ejemplo).

La reforestación no detiene la pérdida forestal, dado que se siembra en los terrenos ya destruidos. Además, la efectividad de las campañas masivas de reforestación es sumamente limitada ya que apenas sobrevive 10 por ciento de los arbolitos plantados. Aun cuando sobreviviera 100 por ciento de ellos, éstos no constituirán un bosque sino hasta después de muchas décadas o probablemente siglos.

Otro tipo de programas como el “pago de servicios ambientales”, dentro y fuera de las áreas naturales protegidas, tampoco han contribuido a conservar nuestros bosques y así lo reconoce la nota de la embajada estadounidense al afirmar que “el gobierno de México simplemente ha pagado a las comunidades para dejar de explotar sus bosques… Sin embargo, sin nueva capacitación o educación, los miembros de estas comunidades han sido incapaces de encontrar fuentes alternativas de ingresos”.

Una de las causas de la acelerada desaparición de los bosques de nuestro país es la falta de valoración, por parte de la sociedad y del gobierno, de los ecosistemas forestales, los servicios ambientales que brindan y de las actividades que contribuyen a su preservación, un ejemplo claro de este tipo de actividades es el buen manejo forestal por parte de comunidades y ejidos.



El gobierno de Calderón ha tratado de dar por atendido el problema de la falta de valoración de los ecosistemas forestales a través del Programa de Pago por Servicios Ambientales (PSA) de Proárbol. Sin embargo, este problema está lejos de ser resuelto ya que, como se menciona en la nota de Wikileaks, este instrumento adolece de varias deficiencias.

Por ejemplo, la única estrategia que plantea el PSA para la conservación de los servicios ambientales es no utilizar los bosques. En consecuencia, este programa otorga a los propietarios de los bosques un subsidio “condicionado” a no deforestar, en lugar de otorgarles una retribución justa y permanente a cambio de un compromiso explícito de llevar a cabo actividades que garanticen la preservación de los ecosistemas forestales y los beneficios que brindan. Este enfoque convierte el pago de los servicios ambientales en una ayuda asistencialista que no promueve el fortalecimiento de las capacidades de las comunidades que viven en el bosque.

Para lograr esto, y detener la acelerada desaparición de nuestros bosques y selvas, es necesaria una nueva política forestal que los valore y retribuya de manera justa a quienes lleven a cabo acciones efectivas para conservarlos; deje de apostar por falsas soluciones como la reforestación e impulse el buen manejo forestal sustentable por parte de comunidades y ejidos. ¿Está a tiempo Calderón de hacer estos cambios o tendremos que esperar hasta la siguiente administración.

Nota Milenio: http://impreso.milenio.com/node/9022297
Cable original de Wikileaks: http://cables.mrkva.eu/cable.php?id=243905

 

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