Noticia | 12 junio, 2014 en 13:38
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Greenpeace advirtió que la inusual crecida de los ríos Iguazú y Paraná se debe principalmente a la alarmante deforestación que sufrió la Selva Paranaense o Selva Misionera, donde en Brasil y Paraguay fue prácticamente destruida, lo que no permitió absorber el enorme caudal de agua.