Greenpeace: “Hubo avances en cuanto a las metas, pero con consignas insuficientes para cumplirlas”

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Noticia - 12 diciembre, 2015
En relación al acuerdo alcanzado en la Cumbre del Clima de París (COP 21), Greenpeace valora positivamente el compromiso de casi 200 países para limitar a 1,5ºC el aumento de la temperatura a nivel global, pero alerta que el texto no fija los medios para lograrlo. Este tratado marca un objetivo que solo es posible alcanzar con el abandono total del los combustibles fósiles para 2050 como tarde.

 

  • El tratado marca un objetivo que solo se puede alcanzar con el abandono total de los combustibles fósiles en 2050 como tarde.
  • No es suficiente y deja la responsabilidad a los países, que deben aumentar sus compromisos para reducir las emisiones.

El Acuerdo establece la meta de limitar el aumento de la temperatura a 1,5 grados, pero los objetivos de emisiones propuestos nos llevarían a casi 3 ºC.  Greenpeace considera que ese es un grave problema, pero tiene una solución: la producción con energías renovables, que ya está creciendo mucho en todo el mundo, ahora tiene que acelerarse sustancialmente.

 Por ese motivo, Greenpeace destaca que este no es un momento para celebrar: las vidas que se perdieron como consecuencia de los efectos del clima y ​​las que hoy están al borde del precipicio por el continuo aumento de las temperaturas exigen una acción urgente. “El reloj del clima no se detiene y la ventana para revertir su marcha se está cerrando rápidamente", advierten desde la organización.

 Ahora los gobiernos deben revisar sus objetivos a corto plazo para estar en consonancia con sus nuevas metas, y rever sus políticas energéticas para acelerar la incorporación de energías 100 por ciento limpias y renovables. Además, deben dejar de financiar los combustibles fósiles y poner fin a la deforestación para el año 2020.

 El llamado "objetivo a largo plazo" pactado en el Acuerdo, combinado con el límite del aumento de la temperatura en 1.5 grados, implica la meta de lograr cero emisiones de gases de efecto invernadero entre 2060 y 2080. Greenpeace recalca que esto significa que se necesita reducir gradualmente los combustibles fósiles de modo que para el año 2050 su eliminación sea definitiva.

 La organización ecologista advierte que aunque el Acuerdo de París es legalmente vinculante ya que es un Tratado según leyes internacionales, los objetivos nacionales (los llamados INDC por sus siglas en inlgés) no son legalmente vinculantes ni lo son tampoco los compromisos de financiación. Esto es así principalmente para permitir que Estados Unidos sea parte de este acuerdo global.

 Por otra parte, el Acuerdo de París reconoce que los países deben respetar y promover los derechos humanos en la lucha contra el cambio climático, y hace referencia específica a los derechos de los pueblos indígenas, pero para la organización ambientalista no les da el lugar que merecen, sobre todo teniendo en cuenta que la protección forestal será clave para el logro de la meta de 1.5 grados como suba máxima de la temperatura.

Las selvas y los bosques son hogar y sustento de miles de comunidades y juegan un papel fundamental en la regulación climática, el mantenimiento de las fuentes y los caudales de agua y la conservación de los suelos. Son posiblemente nuestro patrimonio natural más importante, pero también el más amenazado y depredado. Solo en Argentina en los últimos 25 años se desmontaron 7,6 millones de hectáreas (una superficie similar a la de Escocia), lo que según un reciente informe de la FAO ubica a nuestro país en el 9° puesto del ranking entre los que más desmontaron en el último cuarto de siglo.Argentina se encuentra hoy en emergencia forestal -sólo quedan 27 millones de hectáreas de bosques nativos, el 27% de la superficie original- y está lejos de ser el único.

“En definitiva, el acuerdo de París es un gran paso para terminar con los combustibles fósiles, pero el camino es largo y todavía queda mucho por hacer. Debemos enfocarnos en garantizar un 100 por ciento de energías limpias y renovables. Este año logramos sacar a Shell del Ártico y presentamos una ardua batalla a la industria del carbón. La posibilidad de lograr un cambio rotundo depende de una verdadera voluntad política de los países y del movimiento social, del poder de presión que sobre los líderes del mundo puedan ejercer millones de personas comprometidas con la causa. Greenpeace continuará con el trabajo político y de denuncia ambiental para garantizar un futuro limpio para todos”, expresó Martín Prieto, director ejecutivo de Greenpeace Andino.

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