Noticia - 31 enero, 2014
Hoy se marcó un hito para el Amazonas: después de largas negociaciones la soja brasileña recibió una nueva moratoria hasta fin de año. La iniciativa evita que sus grandes comerciantes puedan estar vinculados a la deforestación de la selva tropical más grande del mundo.
Una buena noticia para la selva del Amazonas
La extensión de la moratoria se produce tan sólo un par de meses después de que el gobierno brasileño anunciara un aumento del 28 por ciento en las tasas de deforestación del Amazonas. Ésta fue la primera información oficial sobre desmonte del Amazonas que salió a la luz desde que en 2012 Brasil cambió su polémico Código Forestal que, respaldado por poderosos grupos de presión agrícolas, debilita la legislación sobre conservación de los bosques y el uso del suelo.
Paulo Adario, Asesor Forestal de Greenpeace Internacional recibió con satisfacción esta decisión:
“Al acordar la moratoria de la soja, los operadores están respondiendo a las demandas de sus clientes que quieren soja sin deforestación. Así también están dando lugar al gobierno brasileño y la sociedad civil. A pesar de que se han comprometido a mantener la próxima cosecha de soja libre de la deforestación del Amazonas, los desafíos por delante siguen siendo enormes ya que la protección a largo plazo aún no se ha conseguido “.
La moratoria de la soja monitorea 62 municipios responsables de casi toda la producción de soja en el Amazonas. En esta inmensa región, más de 8 millones de hectáreas están cubiertas por tierras forestales aptas para el cultivo de soja, y carecen de toda protección oficial. La moratoria ha logrado mantener las topadoras muy lejos del área.
El Registro Ambiental Rural (CAR) todavía se está desarrollando. Acelerar este registro de las propiedades rurales es esencial para el control del área del Amazonas así como el monitoreo de los responsables de la deforestación. El Grupo de Trabajo de Soja (GTS) se ha comprometido a diseñar un mecanismo para reemplazar la moratoria una vez que caduque. Esto es para ser desarrollado y probado en 2014 y se centró en la aplicación de la CAR Federal (SICAR).
“La deforestación va nuevamente en aumento y hay proyectos de nueva infraestructura en el corazón de la Amazonia, por lo que los futuros debates son fundamentales. Hoy es el inicio de dichas negociaciones. Sólo las conversaciones – y las medidas reales tomadas durante el próximo año definirán la seriedad con que trabajarán los comerciantes de soja. El nuevo acuerdo debe ser aún más sólido que la actual moratoria “, dijo Adario.
Greenpeace seguirá trabajando para poner fin a la deforestación y desacelerar el cambio climático, dos de las principales amenazas para la selva tropical más grande que queda en el planeta.
