Greenpeace en el Día Internacional contra los Ensayos Nucleares

Noticia - 29 agosto, 2018
Buenos Aires, 28 de agosto de 2018.- Como una fecha para repensar el futuro energético del planeta y hasta la propia supervivencia de la humanidad calificó Greenpeace la conmemoración del Día Internacional contra los Ensayos Nucleares este 29 de agosto, fecha acordada por Naciones Unidas en 2009.

“La energía nuclear no es una alternativa sostenible en el tiempo y por eso debe ser reemplazada por opciones renovables”, señala Matías Asun, vocero de Greenpeace Andino.

 

Iniciados en 1945, los ensayos nucleares ya acumulan cerca de 2.000 pruebas realizadas en distintas partes del mundo, las cuales han dejado una estela de graves consecuencias e impactos para el planeta.

De hecho, fueron los ensayos nucleares estadounidenses en la zona de Amchitka en Alaska, en 1971, los que generaron las protestas de un grupo de activistas a bordo de un viejo barco pesquero llamado The Greenpeace y que sirvió como nacimiento de la organización ambiental internacional.

Greenpeace debe su nacimiento a su oposición a los ensayos nucleares. Desde los inicios de la experimentación nuclear hemos tenido demasiadas las tragedias humanas y ambientales relacionadas con este tipo de pruebas. Hoy, las armas nucleares son cada vez más poderosas y destructiva. No sólo suponen una amenaza para el patrimonio ambiental del planeta, sino una alerta para la supervivencia misma de la humanidad. Es hora avanzar hacia un mundo sin armas nucleares, que apueste a más energías renovables y menos centrales nucleares con sus peligros asociados, señaló Matías Asun, vocero de Greenpeace Andino.

Desde la ONG alertan respecto de la huella altamente contaminante y duradera de la energía nuclear, con accidentes icónicos –como los de Fukushima y Chernóbil-, los cuales han dejado consecuencias devastadoras y prolongadas en las salud de las personas y la destrucción de los ecosistemas.

La energía nuclear apenas aporta el 4,5% del total de la energía primaria comercial del planeta. Y no es una energía barata ya que la construcción y desmantelamiento de las centrales suponen costos altísimos. A ello se suma la compleja gestión de los residuos nucleares, los cuales se mantienen radiactivos por un período que va de los 20 mil a los 100 mil años. Es evidente que la energía nuclear no es una alternativa sostenible en el tiempo. Por eso, debe ser desechada y reemplazada por opciones renovables, señala Asun.

Mientras el 76% de la energía en Francia proviene de sus centrales nucleares, esa dependencia baja al 19,5% en Estados Unidos, 18,6% en Rusia, 4,8% en Argentina y a un escaso 0,5% en Japón.

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