Botnia extorsiona a Uruguay y sabotea las negociaciones

Noticia - 8 abril, 2006
Greenpeace responsabiliza a Botnia por el fin de las negociaciones entre Argentina y Uruguay. Horas después de que cientos de manifestantes denunciaron que "algo olía mal", el gobierno uruguayo cedió a las presiones de la corporación papelera y anunció el cese de las conversaciones con su par argentino.

Botnia huele mal. Protesta en Plaza de Mayo.

Greenpeace responsabilizó esta tarde a la corporación finlandesa Botnia por el  final abrupto de las negociaciones entre la Argentina y Uruguay,  anunciada oficialmente esta tarde por el gobierno de Tabaré Vázquez.

La organización ambientalista calificó de irresponsable a la intransigencia de la multinacional y advirtió que esa actitud está siendo utilizada como un medio para extorsionar al gobierno de Montevideo.

La noticia de la ruptura de las conversaciones se conoció horas después de que cientos de manifestantes, con un broche en la nariz por el mal olor de las negociaciones, exigieran a los presidentes Néstor Kirchner (Argentina) y Tabaré Vázquez (Uruguay) que detengan la construcción de la empresa Botnia y exijan el traslado y la reconversión de las plantas de Fray Bentos.

"Las negociaciones cayeron por las presiones de Botnia y este macabro boicot dispuso el fin de un diálogo que, a pesar de sus defectos, representaba el inicio de un diálogo para conciliar los intereses de las  comunidades locales y las empresas", expresó Martín Prieto, director ejecutivo de Greenpeace Cono Sur.

"Queda claro ahora cómo procede Botnia: desatendiendo las necesidades de diálogo entre dos países hermanos, despreciando las instituciones, manejándose con presiones extorsivas en un país ávido de inversiones, y con prácticas corporativas que jamás serían toleradas en su país de origen", agregó.

Greenpeace realizó hoy una manifestación irónica y pacífica en la pirámide de Plaza de Mayo para protestar por la pasividad de los gobiernos de Uruguay y Argentina frente la actitud de la empresa Botnia de no paralizar las obras de construcción de su planta de celulosa en la localidad uruguaya de Fray Bentos para permitir el diálogo entre los dos países.

"Nos preguntamos ahora qué margen de acción le quedarán a los organismos públicos uruguayos cuando deban controlar a esta  multinacional cuandor contamine. Botnia ha demostrado con todo descaro hasta donde puede faltarle el respeto a un país", añadió

Greenpeace exigió, además, el reinicio de las conversaciones entre los presidentes, la detención inmediata de las obras de Botnia, el traslado y la separación de las plantas de FrayBentos y la reconversión tecnológica de las fábricas de celulosa. "Aquí no se está jugando el futuro de Botnia, sino de la salud y el medio ambiente de millones de argentinos y uruguayos", agregó.


"Esta es la demostración pública más fuerte del peso y el significado que tiene el Acuerdo con el Gobierno de la República de Finlandia relativo a la promoción y protección de inversiones, que fuera aprobado por el Parlamento uruguayo en mayo de 2003", explicó.

Además, la organización enfatizó la necesidad de construir bilateralmente un solución sustentable y duradera para el conflicto con las papeleras, a través de una "doble vía" de diálogo: los presidentes deben resolver lo urgente que es la situación de las plantas de Botnia y Ence y, por otro lado, debe formarse una comisión parlamentaria binacional para elaborar la base de un marco regulatorio para este tipo de empresas que obligue a una mejora en todas las empresas existentes y severas condiciones para las inversiones que quieran radicarse en nuestros países.

"Debemos señalar que la actitud de la empresa finlandesa Botnia de no acceder al pedido realizado por ambos presidentes muestra la delicada relación que la empresa sostiene con el Estado de Uruguay.  Quizás ésta sea la demostración pública más fuerte del peso y el significado que tiene el Acuerdo con el Gobierno de la República de Finlandia relativo a la promoción y protección de inversiones que fue aprobado por el Parlamento uruguayo en mayo de 2003", concluyó Prieto.