El tribunal dictaminó medidas favorables para los activistas japoneses acusados por denunciar corrupción en la industria ballenera

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Noticia - 15 mayo, 2009
El tribunal de Aomori, Japón, emitió una serie de reveses para la fiscalía en el juicio de Junichi Sato y Toru Suzuki mientras el gobierno japonés intenta encubrir el escándalo de corrupción dentro de la industria ballenera.

Junichi Sato (a la izquierda), Toru Suzuki (a la derecha), y su abogado defensor, Yuichi Kaido (en el centro) responden a los periodistas en una conferencia de prensa, después de escuchar las medidas de la Corte Distrital de Aomori.

La justicia está empezando a inclinarse para el lado de los activistas japoneses. En primer lugar, el tribunal dictaminó que las pruebas de malversación de fondos no pueden ser excluidas. También, la cuestión de si las acciones de Junichi y Toru están protegidas o no por el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos puede y será discutida durante el juicio. Por último, el tribunal solicitó que el fiscal presente las declaraciones de testigos que pueden resultar cruciales para el caso y para revelar más pruebas del escándalo de la carne de ballena.

El fiscal previamente había tratado de caratular las acciones de Junichi y Toru como un simple caso de robo, y así bloquear cualquier debate sobre la malversación de fondos. El tribunal se negó a aceptar esto, y decidió que esta prueba no se puede excluir. Esta evidencia expone la denuncia de Junichi y Toru de un gran escándalo de corrupción patrocinado por el Programa de caza de ballenas del gobierno japonés.

Junichi y Toru se enfrentan a una pena de diez años de cárcel si son declarados culpables de robo. Ellos incautaron una caja con carne de ballena, y lo presentaron a la Fiscalía de Tokio, que inmediatamente abrió una investigación sobre la corrupción en el Programa de Caza de Ballenas subsidiado por el gobierno. La investigación se suspendió más tarde - el mismo día en que Junichi y Toru fueron detenidos-, y la oficina de Greenpeace Japón fue asaltada.

"El tribunal ha instado al fiscal a exhibir las pruebas que ha estado retrasando. Esto incluye las declaraciones hechas a la policía por el "propietario" de la caja interceptada; por varias personas que supuestamente le confiaron su carne de ballena, y por un empleado de la flota ballenera Kyodo Senpaku, quien hizo los arreglos para trasportar el "equipaje personal" de los tripulantes del buque a sus hogares. Si suena turbio, es porque probablemente lo es.

"En este juicio, queremos dejar en claro que lo que Junichi y Toru hicieron fue corroborar la información proporcionada por los denunciantes en relación con la malversación de fondos dentro de la flota ballenera Kyodo Senpaku", dijo el abogado defensor de los activistas, Yuichi Kaido.

"Con el dictamen del fiscal rechazado por los tribunales, avanzamos un casillero en este caso y tenemos la oportunidad de demostrar que hubo malversación de carne de ballena por parte de los empleados", explicó Kaido.

De hecho, parece que los intentos del fiscal para mantener el escándalo de la industria ballenera y a varios testigos fuera de las salas de la Corte y de los ojos del público, sólo logró aumentar la curiosidad de los jueces. Tal vez sea porque el fiscal sabe que la industria ballenera realmente tiene algo que ocultar.

"El gobierno esperaba enterrar este escándalo llevando a los mensajeros a juicio", dijo Jun Hoshikawa, Director Ejecutivo de Greenpeace Japón. "Sin embargo, a medida que más pruebas de corrupción salgan a la luz, será más cercano el día en que la caza de la ballena sea la que sea juzgada".

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