EXPLOSION DEL GASODUCTO EN LA SELVA DE YUNGAS: Greenpeace exigió que el gasoducto no vuelva a operar hasta que no se cambie la traza.

Noticia - 31 enero, 2002
EXPLOSION DEL GASODUCTO EN LA SELVA DE YUNGAS: Greenpeace exigió que el gasoducto no vuelva a operar hasta que no se cambie la traza

EXPLOSION DEL GASODUCTO EN LA SELVA DE YUNGAS: Greenpeace exigió que el gasoducto no vuelva a operar hasta que no se cambie la traza

Greenpeace estuvo ayer en la zona del accidente y trajo hoy a Buenos Aires evidencias de la magnitud de la explosión. También documentó y relevó el terreno afectado al tiempo que denunció la presencia de maquinaria de la empresa que se apura en remover evidencias antes que se haya realizado una pericia oficial.

En 1998 Greenpeace, el Grupo Yaguareté de Salta y la comunidad Kolla Tinkunaku que habita la zona de la traza en las Yungas se opusieron férreamente a que el ENARGAS (Ente Nacional Regulador del Gas) autorizara el paso del Gasoducto por la Selva. La firma Norandino realizó fuertes presiones por lo que luego de una larga lucha logró que el 20 de abril de 1998, el Ente autorizara la traza del ducto por los cuestionados 70 km que transcurren por las Yungas y la comunidad Kolla.

Entre las razones que se esgrimieron entonces para pedir el cambio de traza figuraban causas ambientales, sociales, culturales y técnicas, dado lo complicado y poco previsible del terreno. Toda esta documentación fue remitida al ENARGAS en su momento.

Durante su construcción aborígenes y ambientalistas denunciaron derrumbes y violaciones al patrimonio cultural. En 1999, expertos en geología de la Universidad Nacional de Salta realizaron un informe advirtiendo sobre los peligros que presentaba la presencia del gasoducto. Jamás Norandino, ni el ENARGAS tomaron en serio estas consideraciones.

En 8 marzo de 2001 el gasoducto Norandino explota por primera vez dentro de Finca San Andrés, atemorizando a la comunidad y provocando daño al medio ambiente. El pasado 27 de enero el gasoducto explota por segunda vez, ya con una magnitud muy superior. Toda la ciudad de Orán, Salta, (100.000 habitantes aprox.) fue testigo del hecho y el temor hoy es mucho mayor.

“El gasoducto Norandino es un monumento al peligro. En 1998 vinimos al ENARGAS con la comunidad Kolla y el Grupo Yaguarté a defender la Selva de Yungas, y no nos hicieron caso. Hoy el tiempo nos dio trágicamente la razón. Fue un milagro que no hubiera víctimas fatales, hay casas a poca distancia del sitio de la explosión. Exigimos al ENARGAS que clausure el gasoducto hasta tanto no se cambie su traza como debió ser desde un principio.”, sostuvo Emiliano Ezcurra, coordinador de la campaña de biodiversidad de Greenpeace.
 
Finalmente, Greenpeace recordó a la opinión pública que las personas hoy al frente del ENARGAS son las mismas que autorizaron el paso del gasoducto por la Selva al firmar la resolución 597/98.