Noticia - 28 mayo, 2009
La organización exige a la Primer Ministro del nuevo gobierno islandés, Jóhanna Sigurðardóttir, que se despierte y actúe acorde a su postura pre-electoral contra la caza de ballenas, anulando la cuota de cinco años de caza comercial de ballenas del anterior gobierno. El barco ballenero islandés Jóhanna ha abandonado el puerto de Njardvík hoy, para iniciar la temporada de caza de 100 ballenas minke.
Ballena fin es traída al muelle de Hvalfjörour, Islandia.
A pesar de las más de 36.000 personas que firmaron sólo en Argentina para terminar con esta matanza y de que las noticias del comienzo de la caza recibieron una amplia oposición internacional de los ecologistas, la industria turística de Islandia y las principales empresas que compran productos islandeses, así como también de los gobiernos de Estados Unidos, Alemania, Gran Bretaña, Francia, Finlandia y Suecia, el gobierno parece paralizado.
"El gobierno de Islandia se ha dormido en el tema de la caza de ballenas", dice Sara Holden, coordinadora de la Campaña de Ballenas de Greenpeace Internacional. "La Primer Ministro Jóhanna Sigurðardóttir y el Ministro de Pesca Jón Bjarnason desperdiciaron una oportunidad para salvar a Islandia en materia de medio ambiente y reputación internacional, así como su elegibilidad para ingresar en la Unión Europea (UE)".
La caza de ballenas y la adhesión a la UE son incompatibles, por lo cual la UE puede solicitar que Islandia termine con la caza como una de las condiciones de acceso. El Gobierno de Islandia está pidiendo a los legisladores del país que den un paso atrás en la adhesión a la Unión Europea, y de acuerdo con las encuestas de opinión llevadas a cabo por un diario de Islandia a principios de este mes, la mayoría de la gente quiere iniciar las negociaciones para avanzar con la incorporación del país a la UE.
La caza de ballenas no puede ser planteada como una respuesta a los problemas económicos de Islandia. Según la Junta de Turismo de Islandia, de las más de 500.000 personas que visitaron el país el año pasado, casi 115.000 de estas personas lo hicieron por el avistaje de ballenas. Por esto, el negocio del avistaje podría generar 117 millones de dólares en ingresos para Islandia, mucho más que el planeado programa de caza de ballenas. En su apogeo la industria ballenera islandesa sólo ha generado 4 millones de dólares.