Manifestantes exigieron a los gobiernos que detengan la construcción de Botnia

Noticia - 7 abril, 2006
Con un broche en la nariz, cientos de manifestantes le reclamaron a los presidentes Kirchner y Vázquez que suspendan la construcción de la planta de Botnia. Greenpeace reclmaó un gesto de firmeza de los estados frente a la prepotencia de las corporaciones del papel.

Botnia huele mal. Protesta en Plaza de Mayo.

Cientos de manifestantes, con un broche en la nariz por el mal olor que proviene de las papeleras, exigieron hoy a los presidentes Néstor Kirchner (Argentina) y Tabaré Vázquez (Uruguay) que detengan la construcción de la empresa Botnia y exijan el traslado y la reconversión de las plantas de Fray Bentos.

Greenpeace realizó hoy una manifestación irónica y pacífica en la pirámide de Plaza de Mayo para protestar por la pasividad de los gobiernos de Uruguay y Argentina frente la actitud de la empresa Botnia de no paralizar las obras de construcción de su planta de celulosa en la localidad uruguaya de Fray Bentos para permitir el diálogo entre los dos países.

La organización ambientalista Greenpeace consideró alarmante que Botnia no esté acatando los pedidos formulados por los dos Estados que comparten la administración del río Uruguay y se preguntó qué margen de acción le quedarán a los organismos públicos cuando deban controlar a la empresa por contaminación.

"El mal olor ya esta llegando y se siente en todos lados: por eso Greenpeace realizó esta movilización contra el mal olor y los negocios sucios. Botnia está demostrando un desprecio por las instituciones y por el deseo de conversar y negociar de los presidentes. Esto no hace más que confirmar que, en el futuro, esta empresa no va a cumplir con los controles de contaminación", dijo Martín Prieto, director ejecutivo de Greenpeace Cono Sur.

Greenpeace exigió a los presidentes la detención inmediata de las obras de Botnia, el traslado y la separación de las plantas de FrayBentos y la reconversión tecnológica de las fábricas de celulosa.

Además, la organización enfatizó la necesidad de construir bilateralmente un solución sustentable y duradera para el conflicto con las papeleras, a través de una "doble vía" de diálogo: los presidentes deben resolver lo urgente que es la situación de las plantas de Botnia y Ence y, por otro lado, debe formarse una comisión parlamentara binacional para elaborar la base de un marco regulatorio para este tipo de empresas que obligue a una mejora en todas las empresas existentes y severas condiciones para las inversiones que quieran radicarse en nuestros países.

"Tanto Botnia como Ence, tienen una enorme responsabilidad en la controversia diplomática existente entre ambos países y en la conflictividad social que se ha generado. Las empresas deben hacer el esfuerzo que les corresponde en la dirección de corregir y aliviar esta compleja situación. Esto se debe traducir hoy en acatar el pedido de paralización de sus obras completamente por 90 días para colaborar en la negociación que Uruguay y Argentina deben sostener", sostuvo Paula Brufman, coordinadora de la campaña contra la Contaminación de Greenpeace Cono Sur.

"Nos resulta preocupante que las informaciones acerca de las negociaciones entre Argentina y Uruguay ponen el acento en el control de las plantas" señaló Brufman.

"Debemos señalar que la actitud de la empresa finlandesa Botnia de no acceder al pedido realizado por ambos presidentes muestra la delicada relación que la empresa sostiene con el Estado de Uruguay. Quizás ésta sea la demostración pública más fuerte del peso y el significado que tiene el "Acuerdo con el Gobierno de la República de Finlandia relativo a la promoción y protección de inversiones" que fue aprobado por el Parlamento uruguayo en mayo de 2003", explicó Juan Carlos Villalonga, director Político de Greenpeace Cono Sur.