Urgente: Greenpeace intercepta flota ballenera japonesa en mar Antártico.

Noticia - 5 noviembre, 2001
Activistas de 16 países, incluido un argentino, se encuentran en el mar antártico, tratando de impedir la caza comercial de ballenas que realiza ilegalmente el gobierno japonés.

El barco ballenero japonés Yushin Maru subiendo a bordo un rorcual aliblanco

Greenpeace reporta la presencia de barcos balleneros japoneses en el mar antártico. Temprano, en esta mañana, la coordinadora de Greenpeace a bordo del rompehielos Arctic Sunrise, le exigió vía radio, al barco factoría Nisshin Maru, a que dejen de cazar ballenas.

Yuko Hirono, una activista japonesa, reclamó desde un "gomón" (lancha inflable) el cese de la cacería, e informó que Greenpeace llevará a cabo acciones pacíficas no violentas para impedir la matanza. Por primera vez, toda la tripulación del ballenero, escuchó el mensaje, que se transmitió por los altoparlantes del Nisshin Maru, el barco que comanda a toda la flota ballenera japonesa.

"La Comisión Ballenera Internacional (CBI) urgió al Gobierno del Japón a detener la cacería, ya que no existe justificación para la misma", dijo por su parte Milko Schvartzman, coordinador de la campaña de ballenas de Greenpeace Argentina. "La resolución que obliga al Gobierno de Japón a no cazar ballenas fue propuesta por ocho representaciones, entre las que se encuentra la Argentina. Nuestra organización continuará en la zona hasta que se detenga la cacería de ballenas", agregó.

En sólo cinco meses tendrá lugar la 54ta. Reunión de la CBI, en Shimonoseki, Japón, el mismísimo puerto en donde esta basada la flota ballenera. Durante los últimos años, la Agencia de Pesca del Japón ha estado brindando ayuda económica a un grupo de países, a cambio de su voto pro ballenero en la CBI. Esta turbia maniobra es parte de la millonaria campaña del Gobierno del Japón para lograr la reapertura de la caza comercial de ballenas.

"Una reapertura de la cacería comercial tendría una repercusión catastrófica en los stocks de ballenas que aún quedan", indicó Milko Schvartzman coordinador de la campaña de ballenas de Greenpeace Argentina. "Los gobiernos del mundo deben actuar de manera inmediata para detener a Japón o los próximos años serán testigo del exterminio de estos cetáceos", agregó.

El Gobierno japonés argumenta que la cacería de las 440 ballenas minke (Balaenoptera bonaerensis) se debe a fines científicos, pero la venta de la carne de esas ballenas genera un ingreso de al menos 3.5 millones de yenes (28 millones de dólares).

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