Conoce los 6 motivos que impulsaron la partida de Shell del Ártico

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Prensa - 7 octubre, 2015
La semana pasada recibimos la excelente noticia de que Shell abandonaba sus proyectos de exploración en el Ártico. Esta decisión significa un importante avance hacia la protección definitiva de la región. Compartimos a continuación la opinión de Louise Rouse, asesor de campañas de Greenpeace Gran Bretaña, quien expone los principales motivos que impulsaron a la compañía petrolera a tomar esta trascendental determinación:

El anuncio de Shell sobre su partida del Ártico nos tomó a todos por sorpresa.

Desde principios de septiembre corrían rumores sobre un “gran encuentro”. El día 17 de ese mes, las noticias citaban al CEO de Shell, Ben van Beurden, quien hablaba sobre una posible decisión final en cuanto a inversiones y expresaba su deseo de volver a Alaska en 2016.

Entonces, el anuncio de que la petrolera dejaba la región luego de haber gastado mil millones de dólares, y a pesar de que habrían encontrado indicios de petróleo y gas en el Ártico, hizo que muchos dudáramos sobre la veracidad de las razones que la compañía esgrimió para justificar su decisión.

Shell enumeró tres motivos por los que consideró que abandonar el Ártico era lo mejor: la escasez de petróleo en los pozos, los altos costos de operar en la región y las regulaciones del gobierno de los Estados Unidos.

Esta decisión hizo que la balanza deje de favorecer a las compañías petroleras y se incline a favor de la lucha contra el cambio climático.

Quienes nos dedicamos a analizar la inversión realizada por Shell en su proyecto ártico sabíamos la compañía sólo abandonaría la región si encontraba poco petróleo para extraer. El hecho de que se retiraran a pesar de encontrar pozos con recursos, demuestra que los riesgos eran demasiado pesados como para avanzar con sus planes, incluso para una empresa con el poder de Shell.

Entonces, ¿qué inclinó la balanza?

1 - Molestas leyes de protección animal

En 2012, cuando Shell se embarcó en su aventura ártica, su meta final sería perforar cinco pozos ese mismo año. Para el 2015, la ambición de la compañía se redujo solo a un pozo. Esto sucedió, en parte, por la incompetencia de sus contratistas y por la presencia de leyes para la protección de especies como la morsa. La maniobra les costó 1.1 mil millones de dólares.

2 - Ganancias inciertas

Con el valor actual del petróleo impactando el flujo de dinero de la empresa, y con el compromiso de Shell de mantener el precio durante 2016, la idea de sostener los valores que se estaban invirtiendo en el Ártico a cambio de una futura ganancia desconocida no fue un incentivo atractivo para los directores de la compañía.

3 - Daños a la reputación

Pero la ambición de Shell no solo costaba dinero. La compañía perdía credibilidad y reputación, tanto a nivel empresarial como ante el público general. Lego fue el primero en romper sus vínculos con la petrolera, terminando con una relación que duró varias décadas.

El periódico The Guardian reportó que los intentos de Shell por levantar su reputación como agente contra el cambio climático estaban siendo ridiculizados por sus planes de perforar el Ártico, siendo esta la causa principal de la salida de la compañía del Grupo de Corporaciones Lideres en Cambio Climático.

Mientras tanto, más de 7 millones de personas alrededor del mundo se opusieron a Shell. Nuestra campaña se convirtió en un símbolo para pelear contra el cambio climático y, a su vez, contra el proyecto petrolero más controversial del mundo.

4 - La incredulidad de los inversores

La actitud de los inversores pasó rápidamente de estar conformes con el proyecto a presenciar con incredulidad la terca obstinación de Shell, que se oponía a las evidencias económicas y ambientales que jugaban contra la reputación de sus planes.

El Ártico se convirtió rápidamente en el principal tema de conversación entre Shell y sus inversores. Los planes de la empresa fueron cuestionados por las compañías que la apoyaban. Las consecuencias de los errores de Shell defraudaron la confianza de sus inversores.

5 - Problemas en el ártico – en reversa

El viaje personal de Ben van Beurden al Ártico terminó siendo un viaje de ida. Después de cuatro años, siete mil millones de dólares gastados y una reputación por el suelo, la compañía se encuentra nuevamente en una situación en la que debe tomar decisiones estratégicas.

6 - Cambio climático, presión política

Mucho cambió en esos cuatro años.  Vemos indicios de avances entre los líderes internacionales con respecto al cambio climático y la opinión del público general sobre las compañías petroleras a base de fósiles se modificó radicalmente.

La dirección elegida por Shell determinará su futuro, no hay más tiempo para desvíos costosos. La balanza ahora se encuentra del lado del Ártico y el accionar contra el cambio climático. Shell y sus pares deben inclinarse hacia el mismo lado si es que piensan cumplir un rol importante para un futuro de energías limpias.

Ayúdanos a seguir protegiendo el Ártico. Realiza tu donación haciendo click aquí.

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