Ocho activistas de Greenpeace fueron detenidos hoy tras descender de una chimenea de 140 metros de altura en la planta generadora de energía Fisk de Chicago, donde protestaron contra la contaminación en los principales barrios latinos de la ciudad.
La protesta, iniciada el martes al amanecer, llegó a su fin a las 8:25 de la mañana cuando tres mujeres y cinco hombres pusieron los pies en tierra firme en medio de una tormenta de lluvia, viento y granizo.

Molly Dorozenski
, portavoz del grupo, dijo a periodistas que fueron obligados por la tormenta a descender, "y porque también pudimos divulgar nuestro mensaje".

Otros ocho activistas de Greenpeace fueron detenidos el martes por la tarde cuando se descolgaron con cuerdas desde un puente sobre un canal del río Chicago para evitar el paso de una barcaza que transportaba carbón.

Laura Kubiak, del Departamento de Policía de Chicago, dijo que los detenidos serán acusados de conducta temeraria.

La protesta estuvo dirigida contra las usinas generadoras de energía Fisk y Crawford operadas por Edison International, que es una subsidiaria de la empresa Midwest Generation.

Ambas usinas trabajan con carbón y los contaminantes afectan a las escuelas y la zona residencial de los barrios Pilsen y La Villita, en el suroeste de la ciudad, habitados principalmente por hispanos de origen mexicano.

Antes de retirarse, los activistas de Greenpeace desplegaron un cartel amarillo con la inscripción "QUIT COAL", que también pintaron en la chimenea.

Grupos ambientalistas han acusado a Fisk de contaminar el aire y contribuir a los altos niveles de enfermedades registradas en la zona, desde bronquitis crónica y asma a cáncer de pulmón y ataques cardíacos.

Un vocero de Midwest Generation dijo que la empresa apoya el reclamo de los activistas y afirmó que se ha trabajado desde 2008 para reducir las emisiones de mercurio.

Según estudios, Chicago tiene la mayor concentración en la nación de personas radicadas cerca de plantas que funcionan con carbón, en su mayoría latinas.

El Concejo Municipal de Chicago discute desde hace un año una ordenanza de "generación limpia de energía", que obligaría a Fisk y Crawford a dejar de quemar carbón y utilizar gas natural para generar energía.

Asimismo, esas plantas han sido demandadas por la Agencia de Protección del Medio Ambiente de los Estados Unidos y la procuraduría de justicia de Illinois.