¡Malas noticias! Los océanos del mundo se están llenando de plásticos. Según algunas predicciones, para 2050 habrá más plásticos que peces en las aguas del mundo. No sabemos si esto se va a cumplir pero hay algo de lo que sí estamos seguros: la vida marina está sufriendo los efectos del plástico. Los animales quedan atrapados en la basura flotante y, muchos de ellos, la confunden con comida, la ingieren y mueren. En esta nota te contamos de dónde proviene el plástico y cómo puedes hacer para reducir tu consumo y ayudar al planeta.  

Hay tres fuentes principales de plástico en los océanos.

1- Nuestra basura

Presta atención a todos los productos que consumís y observa cuántos de ellos contienen plásticos. Seguro que la mayoría. El plástico está súper presente en nuestra vida cotidiana: en los envoltorios, las botellas y hasta las pastas dentales -que contienen microplásticos-. Estos productos tardan años en descomponerse y, la mayoría, va a parar a los océanos. ¿Qué puedes hacer? Trata de reducir el consumo de plásticos: lleva siempre una bolsa de tela cuando haces las compras, elige envases de vidrio, haz tu propia pasta dental y sigue estos tips.

Difícilmente los productos de plástico que arrojamos a la basura puedan ser reciclados. Muchos de ellos quedan en los terrenos, las playas o el pasto; el viento termina depositándolos en los cursos de agua y las redes de drenaje de las ciudades los terminan de empujar al océano.  

2- Los desagües

Muchos cosméticos y productos de cuidado personal contienen pequeñas piezas de plástico. Cualquier cosa que tenga poder de limpieza, como un exfoliante o una pasta dental puede contener microplásticos. Estas microperlas pasan a través de los desagües y, como son muy pequeñas, no pueden ser filtradas por las plantas de tratamiento de agua, pasan directamente a los océanos y son comidas por los animales marinos e incluso por el zooplancton.

Los microplásticos también están presentes en las microfibras y se desprenden de la ropa cuando la lavamos.

3- Fugas industriales

Las industrias emplean barcos y trenes para trasladar sus productos. Usualmente estos transportes tienen fisuras y, a través de ellas, se cuelan pequeñas bolitas de plástico que se utilizan para envolver los productos. Una vez filtrados, las bolitas son imposibles de limpiar y quedan en el océano.

Es fundamental que terminemos con el consumo de plásticos lo antes posible si queremos ayudar a nuestros océanos y a la vida marina.

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