Escrito por Estefanía González- Coordinadora de Campañas Greenpeace Chile

 

Hace un poco más de un año me encontraba escribiendo el blog no le demos la espalda al mar desde Nueva York, donde los países se reunían para definir si es que harían o no un encuentro intergubernamental (IGC) para definir el futuro de nuestros océanos. Esa semana de julio, era mi primera vez en las Naciones Unidas. Este año me ha tocado regresar, esta vez hacer realidad el sueño de darles a nuestros océanos la protección que merecen.

 

Han sido dos largas semanas. Las primeras negociaciones sobre un Tratado Global para los océano están llegando a su fin. Los gobiernos del mundo se reunieron para discutir lo que muchas veces es “agua de nadie”, toda esa inmensa porción del océano que está más allá de las fronteras nacionales a la que llamamos fríamente “alta mar” o simplemente “aguas internacionales”. Si bien nos puede parecer lejana, estamos hablando de casi el 50% del planeta, de mares que en silencio regulan el clima, son hábitats de especies maravillosas  y nos proveen de diversos servicios ecosistémicos. Es por ello que desde Greenpeace hemos estado cerca desde el principio ¡Dos semanas de trabajo intenso yacen detrás de nosotros! Dentro de la sala de reuniones, pero también en frente de ella y en cada rincón del planeta donde hemos llegado con el mensaje de necesidad urgente de protección de nuestros océanos.

 

La delegación de Greenpeace en el edificio de Naciones Unidas en Nueva York

 

Y es que esto es realmente importante, estamos ante un momento histórico. Por primera vez en la historia, los gobiernos se han unido para decidir un plan al 2020 que pueda cambiar el rumbo y restablecer la salud de nuestros océanos. Océanos que hoy enfrentan crecientes amenazas como la pesca industrial, la contaminación y el cambio climático. La conciencia pública sobre estas amenazas y otras como la gran contaminación por plásticos, es alta en este momento, y la conferencia no fue la excepción. A personas del mundo entero les importa lo que le ocurra a nuestros océanos. Recibimos preguntas de periodistas del mundo entero y nuestro equipo estuvo trabajando para difundir este mensaje.

 

 

 

Iniciamos el recorrido al estilo Greenpeace. En el amanecer del día que comenzaron las negociaciones, activistas navegaron en el río frente al edificio de la ONU para llevar un mensaje claro: Océanos Globales, ¡Tratado Global!, acompañado de un volantín de tortuga gigante y voladora, que nos recuerda a qué especies debemos proteger.  Luego, entregamos animales de origami a cada uno de los delegados con el mensaje “El destino de nuestros océanos está en sus manos”. Queríamos asegurarnos que los gobiernos sepan que el mundo está mirando y que esperamos resultados. Los animales marinos no tienen voz, nuestro trabajo es poder dárselas a través de la creatividad junto con las voces de millones de personas que se preocupan profundamente por nuestros océanos. Necesitamos que los gobiernos se hagan cargo de la protección real de los océanos.

 

Estefanía entrega un origami al delegado de Chile con un mensaje para la protección de los océanos

 

Esta primera ronda de conversaciones fue un buen comienzo. Hemos visto gobiernos de África, las islas del pacífico y el Caribe, Europa apoyando firmemente un Tratado Global de los Océanos con poderes para crear Santuarios Marinos. Te invito a rastrear todas las declaraciones de los países en el Treaty Tracker. Como dijeron Sudáfrica y Argentina “Necesitamos un tratado que muerda cuando sea necesario. Necesitamos un tratado que sea un verdadero tigre, no un tigre de papel

 

La petición de un Tratado fuerte es justo lo que necesitamos nosotros y los océanos. Mientras países como Rusia, Noruega e Islandia, a los que se sumaron Australia, Nueva Zelanda y Estados Unidos se quedaron atrás en términos de ambición, la mayoría de los países están ansiosos por avanzar en un texto real para el tratado.  Saben que es necesario avanzar rápidamente para acordar los detalles antes del 2020: la fecha límite. Nuestros océanos y las millones de personas que dependen de ellos no pueden esperar.

 

Dejamos en claro en la conferencia que Greenpeace sigue el proceso de cerca y que no estamos ni estaremos satisfechos con soluciones poco entusiastas. Esta fue la primera ronda de negociaciones, ahora realmente necesitamos poner manos a la obra. Las dos siguientes rondas son cruciales para garantizar que el tratado esté diseñado de manera tal que permita el establecimiento de Santuarios Marinos por parte de la propia ONU, seguiremos recordando a los delegados su responsabilidad de utilizar esta oportunidad histórica.

 

Los origamis hechos a mano por personas de Greenpeace tenían un mensaje claro: El futuro de nuestros océanos está en sus manos.

 

En mi experiencia dando batallas ambientales en diferentes frentes, a nivel nacional e internacional,  tengo claro que no ganaremos la protección que el océano merece y necesita de manera urgente, si sólo somos un pequeño grupo en el medio de negociaciones. La industria ya está presionando para mantener las condiciones que hoy nos han llevado a tener a los océanos al borde de la destrucción. Es por ello que debemos llevar la presión más allá de las paredes de la ONU, debemos sacar este impulso fuera y que tenga eco y tome fuerzas desde las grandes capitales hasta los rincones más escondidos y maravillosos en el medio del mar.

 

Si bien en las Naciones Unidas esto recién comienza, en Octubre tenemos la oportunidad de crear la mayor área protegida de la Tierra: un Santuario del Océano Antártico. Casi dos millones de personas ya han pedido por este Santuario, que ayudará a proteger a especies de pingüinos, focas, ballenas y nos ayudará a combatir el cambio climático. Si lo logramos, ganaremos un impulso único  y ambicioso para tener un Tratado Global de Océanos. Los Santuarios Marinos son posibles.

 

Somos un movimiento global para la protección de nuestros océanos ¡Únete a esta ola y has la diferencia!