Caza de Ballenas por parte de Japón - (C) Greenpeace

Ayer el Ministerio japonés de Agricultura, Silvicultura y Pesca anunció que están terminando la temporada de este año la caza de ballenas antárticas de forma adelantada y que han llamado a la flota a puerto. Esta es una noticia fantástica, y bastante a tiempo. Es otro clavo en el ataúd del programa de caza de ballenas, y espero que el precursor de un futuro anuncio de parte del gobierno para poner fin a la caza de ballenas de Japón en la Antártida de una vez por todas.

Durante la última década mis colegas de Greenpeace y yo hemos sido parte de un grupo muy amplio de personas que hemos trabajado para poner fin a la caza de ballenas de Japón mediante la sensibilización de la cuestión dentro del país. Una de las formas que hemos utilizado es mostrar al público japonés de la corrupción es moneda corriente dentro de la industria ballenera. Es el dinero de los contribuyentes japoneses el que sirve para financiar la destrucción del océano, a través de las subvenciones necesarias para poner la flota a la mar cada año.

Como los japoneses se vuelven más conscientes de la corrupción que encubre el mito de la caza "científica" de ballenas, están adoptando una posición cada vez mas clara y definida para terminar de con esta práctica.

Hace casi tres años llamamos la atención sobre uno de los escándalos que han contribuido a apuntalar a la industria ballenera en crisis: la distribución de rutina y endémicas de exclusivos cortes de carne de ballena a los funcionarios japoneses, y el robo de los miembros de la tripulación. Con la caza de ballenas gente de la industria se llenaba los bolsillos con dinero en efectivo, y el público -la gente- estaba pagando la cuenta a favor de ellos.

Toru Suzuki y yo interceptamos una caja que contiene más de 20 kilos de esta carne, etiquetados como cartón, y lo entregamos a la Fiscalía de Tokio. Este evento cambió mi vida para siempre; en vez de investigar la corrupción dentro de la industria ballenera, las autoridades nos arrestaron a nosotros, y nos mantuvieron prisioneros durante más de tres semanas, nos acusaron de robo de la caja y nos condenaron. Toru y yo estamos apelando en base a nuestras convicciones, pero todavía enfrentamos la posibilidad de un año de prisión. Por el lado positivo nuestro caso ha significado que todavía estamos en contacto con los denunciantes dentro de la industria ballenera, que me está diciendo que la falta de demanda está empujando a la industria al borde de la quiebra. Y en diciembre, varios funcionarios de la Agencia de Pesca se disculparon públicamente por tomar carne de ballena como regalos, y el segundo al mando de la agencia posteriormente dejó su trabajo.

Estamos viendo muchas señales de que Japón ya no quiere ir a la caza de ballenas, su situación económica actual es sólo la punta del iceberg. Siempre supimos que la temporada de caza de ballenas de este año sería corta; la flota no abandonó el puerto hasta diciembre, y con un barco receptor de menos. Según nuestros informantes la flota ballenera había señalado que estaba considerando regresar temprano, con menos de la mitad de su cuota debido a las reservas ridículamente excesivas de carne de ballena congelada que, de diciembre de 2010 ascendieron a unos 5.000 sentado en cámaras frigoríficas.

Si bien pronosticamos en diciembre del año pasado que la flota ballenera volvería a casa pronto, como hemos sabido por años que la caza de ballenas de Japón finalmente terminaría, es realmente emocionante ver cómo ocurren estos hechos en este momento. Como hemos dicho antes, no es una cuestión de si Japón pondría o no fin a la caza de ballenas en la zona antártica, el asunto es cuando lo hará finalmente. Todavía hay mucho por hacer y existe una presión considerable aquí en Japón hacia nuestros funcionarios para garantizar que la caza de ballenas finalmente terminará, al igual que nuestros amigos de todo el mundo debe mantener la presión sobre sus gobiernos para seguir dejando claro a Japón que la caza de ballenas debe detener de forma permanente.

Pero siempre voy a recordar el día de hoy como un hito en la desaparición del programa de caza de mi país. Cuando Toru y yo volvamos a comparecer en la corte el 24 de mayo para conocer acerca de nuestro destino y tener una mejor idea de cómo la sociedad japonesa verá nuestra disidencia civil, me aseguraré de que mis esfuerzos -y los esfuerzos de los demás- no han sido en vano y que la caza de ballenas antárticas no sobrevivirá mucho tiempo más.

Junichi Sato es el Director Ejecutivo de Greenpeace Japón

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