Existe una larga lista de cualidades que diferencian a los animales humanizados de los animales salvajes - le dejo a Ud. la tarea de identificarse con el que más lo represente -. De esa lista, podemos reconocer ciertas cualidades “positivas” como la racionalidad - que se dice exclusiva de los seres humanos - el humor o el proyectar y pensar en el futuro. Matar por placer, por el contrario, está dentro de las “negativas” y que por suerte afecta a una minoría de entes que, precisamente, por su falta de raciocinio, pareciera que sólo tiene la cabeza de adorno o como ha quedado demostrado en algunos casos, ésta sólo les sirve para portar la corona.
Son muchas las cualidades “positivas” o “negativas” que nos hacen ser más o menos humanizados que otras especies, pero hay una que por su transversalidad y reincidencia nos hace ser únicos entre todos los animales: el sublime arte de tropezar dos veces –o más- con la misma piedra.
La categoría del porrazo dependerá del nivel en que se vuelva a cometer el error, por lo que los errores políticos - debido a su exposición y consecuencias - tienen un grado superlativo.
Dentro de esta categoría Ximena Matas (ex-Intendenta de Atacama), protagoniza esos porrazos que por ser tan fuertes llegan a arremangar la encía. Recordemos que en su cargo de Intendenta en el año 2011, lideró, avaló y respaldó el proceso de calificación que aprobó ambientalmente el proyecto Termoeléctrico “Castilla”, proceso que fue decretado ilegal, ese mismo año, por la Corte Suprema. No conforme con esto y faltando un par de días para que finalizará el proceso, decidió “esperar” un nuevo cambio de calificación de “contaminante” a “molesta” por parte del nuevo Seremi de Salud y así, volver a cometer el mismo error y aprobar nuevamente el proyecto.
Lo que no entendió la Intendenta, es que en el nuevo proceso sólo cambió “el mensajero” ya que, como era de esperar, el proceso de calificación fue decretado en forma unánime, por la Corte de Apelaciones de Antofagasta, nuevamente como ilegal. En estos días la Corte Suprema debería ratificar el condoro de la Intendenta, o más bien, el fallo de la Corte de Antofagasta.
Uno podría llegar a entender - más bien, a estas alturas, acostumbrarse - que las presiones políticas, conflictos de interés, descarnado lobby empresarial sean algunas de las causas que “motivan” a las autoridades a tomar ciertas decisiones sobre otras. Pero lo que no logro dimensionar es ¿A qué nivel de presiones y lobby se someterá a una autoridad para que tenga que cometer el mismo error dos veces? ¿O sólo nos quedará suponer que la Sra. Intendenta tendrá algún tipo de pacto con el “cola de flecha”? ya que, como dijo Séneca:
Errare humanum est, perseverare autem diabolicum.
Errar es humano, pero perseverar en el error, es diabólico.
