Hace ya varios días anda dando vuelta por la red un video viral que denuncia las nefastas consecuencias que tendría el conjunto de proyectos de minería de carbón que pretenden instalarse en isla riesco. Resumamos los principales puntos del video:

1.- El proyecto Mina Invierno operaría en una zona de alto valor patrimonial y medio ambiental. Su flora y fauna nativa es única y se encuentra en las cercanías de áreas protegidas justamente por estas razones como lo son la reserva marina Francisco Coloane, el seno Otway y los territorios circundantes en los que habitan nuestros símbolos patrios (huemul y cóndor) entre otras muchas especies bajo protección. El hábitat será intervenido radicalmente por los requerimientos del proyecto y por las faenas propias de la puesta en marcha.

2.- El objetivo del proyecto minero es obtener carbón para producir energía. Sin embargo el material extraído es de baja calidad y su uso implica mayor contaminación. La intención es utilizarlo para asegurar la disponibilidad del material para las centrales termoeléctricas que se encuentran en evaluación o derechamente ya están operando.

3.- Tal como hemos señalado antes; llama la atención que proyectos como éstos reciban respaldo de autoridades sin que exista un marco claro para estudiar la demanda real de energía que Chile necesita, ni marcos de política que puedan -en el mediano plazo- asegurar un horizonte en materia de energía renovables para sostener la matriz energética de Chile. Cientos de estudios y expertos señalan la disponibilidad de recursos renovables por explorar pero no hemos pasado de las declaraciones de buenas intenciones a compromisos viables.

Entre muchos asuntos que han sido señalados por las diferentes agrupaciones que han mostrado preocupación están la tala de cerca de 400 hectáreas de bosques, el proceso de secado de una de las lagunas de la isla, la eliminación de humedales propios de la zona y la intervención sobre las aguas superficiales (ríos), junto a los efectos en la flora y fauna ya mencionados, la contaminación del mar interior y los efectops del polvillo del carbón (recuerden, es a ¡tajo abierto! ¡habrán muchos materiales residuales!), la acidificación de aguas, los agentes químicos liberados y sus emisiones, entre otros muchos.

El impacto de estos proyectos es múltiple y no se acota únicamente a la dimensión ambiental en su sentido tradicional. El daño a las economías locales, el costo que asumen los territorios, y las oportunidades de desarrollo sustentable del perímetro afectado son gigantescas y contravienen cualquier lógica. 

Chile hoy no tiene respuesta integral frente a la necesidad de enfrentar al cambio climático. Sin embargo la inversión en proyectos energéticos en base a carbón se duplicará durante los próximos años, y la razón es simple: la rentabilidad de los proyectos es altísima. Por el contrario, son decenas los conflictos ambientales asociados a proyectos de generación de energía que aparecen cada semana enfrentando a afectados con oficinas de abogados en eternas discusiones de orden técnico cuya pista es difícil seguir.

La razón de estos conflictos, ya lo hemos expuesto, tiene asidero en las complejidades del mercado de la energía en el actual escenario nacional. Mientras la especulación sobre la demanda energética se mantenga sin cuestionamientos, se mantiene el terreno fértil para que cualquier inversor salga de mutuo propio a convencer a la ciudadanía que de rechazarse su proyecto Chile no podrá desarrollarse. El último ejemplo de ello las declaraciones de Suez Energy sobre sus intenciones de imponer el uso de la energía nuclear en Chile.

Las organizaciones medio ambientales en Chile no vamos a parar de exigir lo que es necesario para nuestro desarrollo y para detener el sufrimiento de comunidades completas que deben correr con los costos de la falta de regulación. Es prioritario que Chile se comprometa con señales claras a favor de una política que permita evitar la dependencia de estas fuentes de energía aprovechando los recursos de nuestra tierra en coherencia con las estrategias de desarrollo territorial.

Para mas información te sugerimos ver el video que está circulando por la web -disponible en este enlace- y además visitar el sitio Alerta Isla Riesco. Los mantendremos informados.


2.- El objetivo del proyecto minero es obtener carbón para producir energía. Sin embargo el material extraído es de baja calidad y su uso implica mayor contaminación. La intención es utilizarlo para asegurar la disponibilidad del material para las centrales termoeléctricas que se encuentran en evaluación o derechamente ya están operando.

3.- Tal como hemos señalado, llama la atención que proyectos como éstos reciban respaldo de autoridades sin que exista un marco claro para estudiar la demanda real de energía que Chile necesita, ni marcos de política que puedan -en el mediano plazo- asegurar un horizonte en materia de energía renovables para sostener la matriz energética de Chile. Cientos de estudios y expertos señalan la disponibilidad de recursos renovables por explorar pero no hemos pasado de las declaraciones de buenas intenciones a compromisos viables.

El impacto de estos proyectos es múltiple y se acota únicamente a la dimensión ambiental en su sentido tradicional. El daño a las economías locales, el costo que asumen los territorios, y las oportunidades de desarrollo sustentable del perímetro afectado son gigantescas y contravienen cualquier lógica.

Chile hoy no tiene respuesta integral frente a la necesidad de enfrentar al cambio climático. Sin embargo la inversión en proyectos energéticos en base a carbón se duplicará durante los próximos años, y la razón es simple: la rentabilidad de los proyectos es altísima. Por el contrario, son decenas los conflictos ambientales asociados a proyectos de generación de energía que aparecen cada semana enfrentando a afectados contra oficinas de abogados en largas discusiones de orden técnico a las que se le hace difícil seguir la pista.

La razón de estos conflictos, ya lo hemos expuesto, tiene asidero en las complejidades del mercado de la energía en el actual escenario nacional. Mientras la especulación sobre la demanda energética se mantenga sin cuestionamientos, se mantiene el terreno fértil para que cualquier inversor salga de mutuo propio a convencer a la ciudadanía que de rechazarse su proyecto Chile no podrá desarrollarse. El último ejemplo de ello las declaraciones de Suez Energy sobre sus intenciones de imponer el uso de la energía nuclear en Chile.

Las organizaciones medio ambientales en Chile no vamos a parar de exigir lo que es necesario para nuestro desarrollo y para detener el sufrimiento de comunidades completas que deben correr con los costos de la falta de regulación. Es prioritario que Chile se comprometa con señales claras a favor de una política que permita evitar la dependencia de estas fuentes de energía aprovechando los recursos de nuestra tierra en coherencia con las estrategias de desarrollo territorial.