El salón principal de la Reunión Consultiva del Tratado Antártico.

Desde que se creó el Tratado Antártico, el 1º de diciembre de 1959, los doce países que habían llevado a cabo actividades científicas en ese continente y sus alrededores durante el Año Geofísico Internacional (AGI) de 1957-1958 firmaron en Washington el Tratado Antártico. Este Tratado entró en vigor en 1961 y ha sido aceptado por muchas otras naciones llegando a 48 actualmente. La Secretaría del Tratado se encuentra en Buenos Aires desde 2004, fecha de su creación y esta semana es la ciudad anfitrión de la XXXIV Reunión Consultiva del Tratado Antártico y el Comité de Protección Ambiental.

El 23 de junio el Tratado cumple 50 años de protección del continente helado en el sur de nuestro planeta y podría ser justo la fecha cuando se consolide la necesidad de contar una nueva forma de protección de los ecosistemas marinos antárticos, una red de áreas marinas protegidas (AMP).

Desde su entrada en vigencia, los tiempos y las amenazas han cambiado sobre los ecosistemas antárticos y actualmente no sólo tienen que lidiar con la cacería de ballenas, la pesquería de Krill y de Bacalao, y el creciente turismo, sino que ahora deben enfrentar un nuevo flagelo mundial: el cambio climático.

Estas amenazas son la principal preocupación diversos cuerpos que rodean la conservación de la Antártica, por ejemplo la Convención para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA) es el encargado de gestionar las pesquerías en el mar antártico; el Comité Científico en la Investigación de Antártico (SCAR) coordina los estudios en la zona de influencia del tratado; y el Consejo de Directores de Programas Nacionales de Antártico (COMNAP) es el llamado a coordinar los esfuerzos de los programas de cada país.

Debido a la alta tasa de pérdida de la biodiversidad en el planeta, en el año 2002, durante la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible (CMDS), las naciones del mundo acordaron trabajar hacia el establecimiento de una red de Áreas Marinas Protegidas [AMP], incluyendo redes representativas para el año 2012. El Sistema del Tratado Antártico ha respondido más que cualquier otro organismo regional mediante la realización de varias acciones para el cumplimiento del objetivo de establecer un sistema representativo de áreas marinas protegidas a través del Océano Austral en 2012. Sin embargo, sigue existiendo la preocupación de que el logro de la meta de la CMDS en el Océano Austral no se cumplirá.

Consciente de este compromiso, en 2009, la CCRVMA acordó un plan de trabajo compuesto por una serie de hitos a trabajar para la designación de un sistema representativo de áreas marinas protegidas en el Océano Austral por el plazo de 2012. En su reunión de 2010, el Comité para la Protección Ambiental (CEP) reconoció el calendario de trabajo de la CCRVMA para dar los pasos hacia el desarrollo de un sistema AMP, y también lo asumió en su propio programa de trabajo de cinco años.

Dicho plan consta de varios pasos claves para la red de AMP, y su primer paso fue recopilar datos relevantes para identificar más áreas de las 11 regiones prioritarias identificadas por la CCRVMA durante el año 2010(1). Lamentablemente aún es muy poco lo que se ha hecho para el cumplimiento de este paso. Sin embargo, el segundo paso clave es la realización de un taller sobre áreas marinas protegidas en Agosto de 2011, en Brest, Francia, lo que aún permite darle tiempo a las partes para que se avance en la identificación de otras áreas. El objetivo del taller para examinar estas propuestas debe ser el llegar a un acuerdo para la implementación de las AMP provenientes de las recomendaciones que el Comité Científico de la CCRVMA, como sobre las nuevas zonas del Océano Austral que deben incluirse en el futuro sistema de áreas marinas protegidas.

Por esta razón es que Greenpeace, como parte de la Coalición Antártica y del Océano Austral (ASOC), insta a las Partes Consultivas y miembros de la CCRVMA para hacer uso efectivo del próximo taller de la CCRVMA para asegurar que un sistema representativo de AMP puedan ser designadas para el año 2012. En la práctica, esto significa los países deberán asistir al taller con propuestas de AMPs bien desarrolladas.

Es de vital importancia el contar con AMP en la zona antártica, especialmente para contribuir a la capacidad de adaptación que los ecosistemas marinos australes tienen para hacer frente al cambio climático. Es por eso que Greenpeace insta también a los Gobiernos a avanzar en sus propuestas y además en el establecimiento del Mar de Ross cómo la primera de las AMP que se designen; esta área ha sido identificada como una de las menos afectadas por las amenazas en la zona, pero está en un fuerte riesgo año a año debido a las pesquerías que se desarrollan en la zona y la cacería de ballenas.

Greenpeace está desde hace décadas trabajando para que los océanos mundiales sean protegidos, y hace un llamado para la creación de una red de parques marinos en aguas internacionales que cubra un 40% de la alta mar.

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Nota: (1) Estas áreas incluyen la península antártica occidental, el mar alrededor de las islas Georgia del Sur e Islas Sandwich del Sur, la región Del Cano de subida entre el Príncipe Eduardo y los grupos de la isla Crozet, el aumento de Maud, el Mar del Este de Weddell, el Banco BANZARE y determinados sectores de la Amundsen y el mar de Bellingshausen.