Noticias - 31 enero, 2018
Santiago, 31 de enero de 2018.- Como un “anuncio a medias y con letra chica” calificó la ONG ambientalista la firma presidencial que crea el parque Nacional Kawésqar, una enorme extensión territorial de 2.8 millones de hectáreas y que lo transformará en el más extenso de la Red Nacional de Parques de la Patagonia.
“La mayor amenaza está en el agua que no se quiere proteger”
“El problema del anuncio presidencial y que la ciudadanía no sabe es que el parque, por el momento, solo considera la protección de la tierra, pero no el mar adyacente. Es decir, sería perfectamente posible que, por ejemplo, se instalaran actividades de extracción petrolera en medio del parque. Suena exagerado, pero es igual de insensato a lo que puede suceder si es que se instalan los más de 300 proyectos salmoneros que buscan invadir las aguas del Parque Kawésqar”, señaló Estefanía González, coordinadora de océanos de Greenpeace.
Para Greenpeace resulta clave que el gobierno tome como propias las exigencias y planteamientos hechos por las comunidades kawésqar, ideas surgidas a partir de la consulta indígena que se realizó entre julio y octubre del año pasado. En lo fundamental, el documento señala de manera clara que el apoyo del pueblo originario se daría si es que se consideraba la protección de las aguas, lo que se realizaría a través de la llamada Área Marina Protegida de Múltiples Usos, la cual debiera ser explícita en excluir las actividades de la salmonicultura.
“La idea de potenciar el mal llamado Salmón Puro de la Patagonia no es más que un intento por dar espacio a una industria que se ha encargado de dañar de manera irreparable amplios espacios marinos en Los Lagos y Aysén. Lo grave es que ahora quieren hacerlo usando como vertedero las aguas de la Patagonia. Y no solo lo decimos nosotros, sino que lo acaba de advertir la prestigiosa Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA), quienes en un informe dado a conocer hace unos días advierte que parte importante de las granjas salmoneras en Magallanes han sido autorizadas sin una debida evaluación ambiental”, dijo Estefanía González.
En este sentido, Greenpeace adhiere a la preocupación que han planteado las comunidades kawésqar, las que han dicho que, tal como ha sido hecho el anuncio, sin la incorporación del mar como zona protegida ante la amenaza principalmente de la salmonicultura, significa un serio atropello a las tradiciones ancestrales de este pueblo originario. Así, para los pueblos de la Patagonia, un parque que solo garantice la protección de la tierra y no el mar “es un parque que lleva sólo el nombre kawésqar, porque de cultura y tradición, nada”.
Haydee Águila, representante de la comunidad Atap lo expuso así: “Lo que vivimos en estos momentos es similar a un etnocidio. Poco a poco quieren acabar con nuestras tradiciones basándose en la ley, ya que si pescamos cerca de una salmonera, recibimos fuertes multas, mientras que estas empresas realizan un daño enorme al ecosistema que tanto cuidamos, pero nadie los fiscaliza”.