CACERIA DE BALLENAS

Los grandes cetáceos en peligro

 

Ballena asegurada junto al barco Yushin Maru No.2 receptor de la flota ballenera japonesa. ©Greenpeace / Kate Davison

 

La utilización de los océanos como fuente de alimentación data de los orígenes de la humanidad. Desde fines del siglo XIX los avances alcanzados en la navegación, particularmente en la propulsión y autonomía de las embarcaciones, provocaron que la industrialización ballenera llegara a altamar. De esta manera la antigua cacería costera de diversos países se dirigía a los lugares más remotos del planeta en busca de los grandes cetáceos. Hoy, la cacería sostiene el casi inexistente comercio de carne de ballena, y otros productos como el aceite, siempre a una escala menor.

La historia de la caza de ballenas es testigo del agotamiento de una zona tras otra y de una especie tras otra, hasta tal punto que resulta esencial la protección de todas las especies de ballenas para evitar su extinción.

Comisión Ballenera Internacional [CBI], 1946.

Después de 40 años desde que este “grupo” ballenero iniciara la CBI, y por presión de diversos grupos ambientales entre ellos Greenpeace, la Comisión Ballenera Internacional adoptó una moratoria a la cacería comercial de cetáceos en los océanos mundiales. Esto fue un gran logro, pero no una prohibición a la cacería, sino que estableció una especie de “acuerdo comercial” entre los balleneros para no cazar. Decisión que podría verse revocada si se consigue el 75% de los votos para dicha acción.

De este acuerdo se desprenden dos cosas muy importantes, además de la importancia intrínseca de la moratoria: Por un lado Japón, al ver que no pudo detener la moratoria, usó un resquicio legal para “reservarse” el derecho a cazar ballenas Minke. Por el otro, Noruega e Islandia se “reservaron” el derecho de aceptar la moratoria.

 

 

Junichi Sato, campañista de Greenpeace muestra una imagen de carne de ballena en una conferencia de prensa después de la última reunión del juicio conocido como "Tokyo Dos". ©Sutton-Hibbert Jeremy/Greenpeace

 

Estas acciones basadas en resquicios, le permiten a Islandia y Noruega seguir cazando en sus propias aguas (ningún acuerdo internacional tiene el poder de regular lo que pasa en aguas soberanas de cada país). Por su parte Japón justificó y dio inicio a su plan de “Cacería Científica”[1]. Esto además en aguas internacionales y dentro del santuario Ballenero Austral, gracias al uso del articulo nº 8, que permite a los miembros de la CBI auto imponerse una cuota de cacería con objetivos científicos.

Lógicamente, innumerables objeciones se presentaron por parte de los países que defienden la conservación de las ballenas y del propio comité científico de la CBI, quien ha señalado que dichos estudios, no son en absoluto necesarios. Sin embargo Japón no sólo ignora a la comunidad internacional, sino que a sus propios habitantes, ya que dos tercios de los japoneses no apoyan la cacería de ballenas en el Santuario Ballenero Austral.

 

Greenpeace y la defensa de las ballenas.

Greenpeace comenzó la defensa de las ballenas en 1975, filmando a la flota rusa mientras realizaba su cacería. En 1990, Brasil y Chile cambiaron de ser países pro-cacería, a estar a favor de la conservación. En este año todos los países cesaron sus actividades de caza, excepto Japón y Noruega.

 

 

Vista aérea de más de mil adultos y niños vestidos de rojo, formando un corazón en torno a una ballena infalible de Greenpeace en el centro de Santiago, en el contexto de la 60ª Reunión Anual de la CBI (Comisión Ballenera Internacional) que se realizó en mayo/junio del 2008, en Chile. ©Sebastián Araya/Greenpeace

 

Hemos sido apoyados por millones de personas alrededor del mundo por nuestra oposición a la caería de ballenas y nuestras acciones en contra de la flota ballenera en el océano austral. También hemos recibido duras críticas de parte de la Agencia de Pesca de Japón, y por organizaciones balleneras islandesas y noruegas.

 En la actualidad, la cacería sigue siendo una amenaza, aunque otras causas ambientales también están afectando seriamente la supervivencia de los cetáceos (ballenas y delfines). El cambio climático, la contaminación, la destrucción del hábitat y la pesca descontrolada, son sólo algunos de los problemas que deben ser abordados de manera urgente si queremos un mar saludable para las ballenas, para todos los seres que en él viven, y las comunidades que de él dependen.

Una de nuestras más grandes victorias de nuestra campaña en Chile, ha sido la creación deuna ley que prohíbe la cacería de ballenas en Chile y convierte a nuestras aguas en “zona libre de cacería de ballenas” en el año 2008, después de la activa participación de un chileno en las acciones que detuvieron a la flota ballenera en aguas antárticas, creando así el santuario para las ballenas.

 

Notas:

[1] ¿Porqué la investigación de ballenas? – Why Whale Research? – The Institute of Cetacean Research.

 

Las últimas actualizaciones

 

La Haya prohibió a Japón la caza de ballenas

Prensa | 31 marzo, 2014 en 13:15

Santiago, 31 de marzo de 2014-. La Corte Internacional de Justicia de La Haya ordenó esta mañana a Japón que cese la caza de ballenas en el océano Antártico, al considerar que es una actividad comercial que intenta ser disfrazada como científica.

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