Felipe Medina, voluntario de Greenpeace Bío Bío

Amigos...

Quisiera compartir con ustedes una infinidad de emociones, sensaciones, sentimientos que me han causado gran placer y felicidad y también, agradecer esas sensaciones, esos sentimientos, esas emociones.

Quisiera contarles del generoso, amoroso y saludable Sol que acompañó mi niñez, y la de mis amigos, cuando jugábamos desde la mañana hasta la tarde vestidos sólo con un pantalón corto y lucíamos un hermoso tostado en una piel radiante. Contarles del aire que respirábamos, tan puro como un sentimiento de amor. De la arena, del mar, límpidos y brillantes como la bondad misma. De los bosques que exhalaban todos los aromas y que cobijaron tantas caminatas, aventuras y travesuras, bebíamos sin temor, de cada chorrillo, de cada vertiente. Contarles de la llegada de los botes, una fiesta, con los productos del mar (enormes ejemplares en gran abundancia y variedad) Ah... los mariscos los comíamos crudos... y puedo seguir... hasta jugábamos en un río "sucio, y nunca nos pasó nada. El agua de la llave era agradable de beber. No había bolsas de plástico ni latas que "adornaran" el paisaje...Ver un ave, un pez u otra especie muerta, era motivo casi de estudio, no teníamos esa posibilidad muy a menudo.

Me encantaría traspasar a ustedes estos inolvidables recuerdos y lo que significó en el desarrollo del niño que fui.

Ya en el presente, quisiese seguir compartiendo con los visitantes de esta página, otras emociones, otros sentimientos, otras sensaciones, como la satisfacción de devolver a la naturaleza lo que ha ido perdiendo; el cariño puesto en el cuidado y búsqueda de mejoría para un planeta que está enfermo, que está sufriendo y que algunos dicen que puede morir; la felicidad de compartir nobles ideales; la convicción de la efectividad de nuestros actos; la fe en el buen sentido de las personas; la alegría de ver los frutos de nuestro afán; el placer de conocer personas maravillosas; el entusiasmo por dar vida a aquello que la ido perdiendo.

Después de haberles abierto parte de mi corazón, con el mismo fervor de mis recuerdos, invito a ustedes a que nos acompañen en la tarea de recuperar este planeta, de purificarlo, de fortalecerlo, de protegerlo y preservarlo. Somos muchos los que estamos en esto, pero se necesitan más manos, más ideas, más acciones, más remedios para este paciente tan grande.

Amigos, probablemente no han visto, sentido, ni oído nada de lo que les he relatado, pero fue así, existió, lo viví, lo disfruté, y quisiera volver, en las mismas condiciones, a andar aquellos senderos, a sentir inspiración, a embriagarme de cada amanecer, beberme cada puesta de sol, sentir el aroma de cada flor, de cada hierba, nadar en aguas cristalinas, ver el fondo del mar, dormirme con la luna en la ventana...Todo en el mismo lugar y sin costo alguno.

¡Ah! Aún no les he dicho mi edad, voy a cumplir 31 años... de ejercicio de mi profesión. Quienes circunden ese tiempo, seguramente comprenderán mejor estas líneas. Reitero mi invitación, a todos, de sumarse a nuestras actividades. Necesitamos socios, voluntarios, simpatizantes, amigos. Requerimos de las relaciones de cada cual y de las relaciones de las relaciones y más aún. Necesitamos más conocimientos, más energía, más voluntad, más motivación, más personas, más compromiso y compromisos, más arrojo, más decisiones, más espíritu, más amor, más experiencia, más contactos, más...más...más...

Acérquense... y los que están cerca, acérquense más. Unamos nuestros sueños y creemos uno incontrolable, el de un mundo feliz desde el corazón de la naturaleza.

Un abrazo. El más afectuoso que puedan desear.

Felipe Eduardo Medina Medina
Profesor de Francés
Voluntario Greenpeace