Una cadena puede definirse cómo una sucesión de elementos, dirigidos al mismo fin, que funcionan enlazados de manera que cada uno recibe información del anterior, actúa o no sobre ella y la transmite al siguiente.

Greenpeace es una organización de campañas y acción. Mucha gente nos conoce por las espectaculares acciones que llevamos a cabo para poner de manifiesto un atentado medioambietal o para frenar una agresión al ecosistema. En muchas de ellas, activistas voluntarios utilizan cadenas para anclarse a los lugares más insospechados.

Así que las cadenas forman parte de nuestro día a día, pero busquemos el lado más romántico de las cadenas, buscamos al eslabón perdido.

Somos una organización de campañas y acción, pero el motor de Greenpeace y lo que consigue que nos movamos es que somos una organización formada por personas. Personas que tienen un mismo objetivo, un planeta más verde y en paz. Para conseguirlo, trabajamos como una cadena, una sucesión de elementos, dirigidos al mismo fin.

Pero necesitamos que esta cadena crezca, necesitamos ser más para poder rodear el ártico y protegerlo de las agresiones, conseguir un santuario en la última frontera del Planeta.

Por eso la red de voluntariado de Greenpeace va a salir hoy y durante las próximas semanas a la calle en busca de eslabones perdidos como tú, que quieran unir su fuerza individual a la fuerza de un movimiento, a la fuerza de la cadena de Greenpeace por el Ártico.

Unirse a esta cadena es sencillo. No tienes que encadenarte, ni anclarte, no tienes que bloquear el ancla de un barco ni la puerta de un edificio. Solo necesitas enviar un SMS al 28099 poniendo AYUDA ARTICO, conseguir tu código de geolocalización introducirlo en www.salvaelartico.es y dar contenido a tu punto, da nombre al eslabón que acabas de crear.

No lo esperes más, para conseguir una cadena fuerte y capaz de proteger el ártico, cada eslabón es esencial.

Rakel Muñoz, eslabón 2046 de la cadena por el Ártico

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