Fondo marino mediterráneo. Greenpeace/ Roger Grace.
Fondo marino mediterráneo. Greenpeace/ Roger Grace.

Este blog bien podría llevar el mismo título que el publicado ayer sobre el cambio climático: “La ciencia avisa y los políticos miran hacia otro lado”. En este caso retiran su mirada del mar y de la costa.

Varios medios se han hecho eco en estos últimos días de un estudio global, llevado a cabo por científicos de todo el mundo, en el que durante 10 años han analizando datos sobre la biodiversidad marina y las amenazas que sufre en los distintos mares. Una de las conclusiones es que el mar Mediterráneo es el más amenazado del planeta.

No es la primera vez que científicos y organizaciones ecologistas dan la voz de alarma por el mal estado del Mare Nostrum. La contaminación, la pérdida de hábitats marinos y costeros, los vertidos de aguas residuales, la sobrepesca y las especies invasoras son algunas de las amenazas que apunta este estudio y que reafirman lo que Greenpeace viene denunciando desde hace décadas.

El último informe “Destrucción a Toda Costa 2010” concluía, entre otras cifras, que en los últimos 20 años se ha destruido diariamente una superficie de costa equivalente a ocho campos de fútbol. Esta pérdida de litoral llega incluso hasta los Espacios Naturales Protegidos, que constituyen toda una tentación en una línea de costa ya saturada de ladrillo y hormigón. La contaminación, pese a los toques de atención y multas desde la UE, sigue a la orden del día y en 2010 España ha sido sancionada de nuevo por incumplimiento reiterado de la normativa de depuración de aguas.

Especies mediterráneas. Greenpeace/Roger Grace

A pesar del estallido de la burbuja inmobiliaria y del fracaso del modelo turístico de “sol y playa” que se ha exprimido hasta su extenuación, siguen habiendo voces que acusan a quienes queremos defender los pocos tramos del litoral que nos quedan libres de cemento, de ir contra el progreso económico. Curiosamente, estos tramos de costa que tanto codician y ansían destruir son aquellos que aparecen ilustrando los anuncios y folletos de zonas y complejos turísticos. Más de un turista ha acudido en los últimos años a nuestras costas atraído por esas promesas de amplias playas y rincones idílicos y ha vuelto espantado al encontrarse con la realidad del ladrillo.

El verdadero lujo hoy en día no se encuentra en un hotel de 5 estrellas, sino en un tramo de costa libre de hormigón y de contaminación, en un fondo marino repleto de vida, en una comunidad local que mantiene su identidad cultural. Y esto genera empleo y beneficios económicos que además no caen tan sólo en las manos de unos pocos.

Nos avisan ahora desde la comunidad científica internacional y dan la voz de alarma, ¿estarán los políticos a la altura? ¿o se quedarán impasibles viendo cómo el histórico Mare Nostrum se convierte en el Mare Mortem?

Elvira Jimenez,  Campaña de Costas