Cuando parece que pocas maniobras políticas pueden ya sorprendernos, recibimos atónitos una nueva noticia de bofetada a la Ley de Costas. El PSOE y el PNV han pactado añadir una enmienda (número 899) a la Ley de Economía Sostenible que reformará le Ley de Hidrocarburos para permitir que las refinerías “tengan derecho” a prorrogar sus concesiones y ocupar dominio público costero, incluso después de que hayan vencido sus permisos.

Detrás de este pacto se encuentra el interés privado de Petronor y la refinería que posee en el municipio costero de Muskiz, en la marisma de Muskiz, Zierbena y Abanto-Ciervana. Esta refinería se autorizó en 1968 mediante Decreto, sin tener en cuenta ninguna de las prescripciones ambientales que ya existían entonces. Como resultado, se situó a pocos metros del casco urbano (de hecho, debe ser la única refinería que cuenta dentro de su recinto con una ermita y un cementerio). En 1982 (catorce años después de su construcción) obtuvo una concesión por treinta años que caduca en 2012. Y, mientras otros negocios mucho menos nocivos echan el cierre por no tener la preceptiva licencia de actividad, la refinería no la obtuvo ¡hasta 2008! Es decir, cuarenta años funcionando sin licencia.

Con el final de la concesión a la vuelta de la esquina, a Petronor debe correrle mucha prisa solucionar este “problemilla”, especialmente con los planes de ampliación de la refinería con una planta de coque altamente contaminante, con lo que ha movido sus fichas en pasillos y despachos. Con esta enmienda, aprobada sin conocimiento de los ciudadanos y sin debate en el Parlamento, problema solucionado. Y de nuevo un ejemplo de la “negociabilidad” de la Ley de Costas según quien seas. Manga ancha para grandes hoteles e industrias contaminantes, y mano dura para chiringuitos y pequeñas viviendas. ¿No somos todos iguales ante la Ley?

Pero este no es un asunto únicamente de defensa de la Ley de Costas y del dominio público. Es un grave atentado contra la salud pública. La ubicación de la refinería, a pocos metros de viviendas, ha generado un rechazo constante de los vecinos y de la asociación Meatzladea Bizirik Ekologista Taldea, que han presentado numerosas denuncias, quejas y recursos contra las irregularidades legales, ambientales y las afecciones a su salud. Y está demostrado. Los mapas de mortalidad elaborados por el Departamento de Sanidad indican un exceso de mortalidad por cáncer y enfermedades cerebro vasculares en la periferia de la refinería. Concretamente un 14% para los hombres y un 12% para las mujeres respecto a la mortalidad del conjunto del País Vasco, unas cifras estadísticamente significativas como para que sean fruto del azar.

Y así, las costas, el dominio público y la salud de la población de Muskiz parecen tener menos valor frente a los políticos que los intereses privados de Petronor, su refinería y su nueva planta de coque. ¿Será porque patrocinan al Athletic de Bilbao?

¡Ciberactúa y difunde tu disconformidad contra esta enmienda!

Elvira Jiménez, campaña de Océanos de Greenpeace