Era la época del pelotazo urbanístico. Y el mar Menor (región de Murcia) sufría la consecuencia de la asfixia urbanística y apenas quedaba terreno libre de edificaciones. De lo poco que quedaba sin urbanizar eran unos 700 metros de playa, los últimos arenales de la zona norte de La Manga. Y justo ahí se planteaba un nuevo puerto deportivo con capacidad para casi 1000 barcos. El puerto incumplía la Ley de Costas y, en 2002, el Tribunal Supremo sentenciaba que el puerto no podría nunca ser inaugurado.



Pero vivimos en un país donde hasta las sentencias quedan en papel mojado en determinadas ocasiones y especialmente si priman intereses económicos por encima del medio ambiente. Durante los siguientes años, las obras del puerto seguían su curso. Ignorando la sentencia del Supremo y con autorización de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia.

ANSE y Greenpeace realizamos una acción conjunta en enero de 2005, coincidiendo con una nevada histórica, 40 activistas de ambas organizaciones se encadenaron a las máquinas y a la puerta de entrada del puerto, durante todo un día. Tras la acción, la entonces Ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, pedía la caducidad de la concesión para las obras del puerto y el Tribunal Superior de Justicia de Murcia acordaba, tras pertinentes recursos, la paralización de las obras. La acción directa no violenta resultaba más efectiva que nunca ante el menosprecio a los pronunciamientos judiciales.



Y ahí quedaba el esqueleto de hormigón y hierro que de inaugurarse hubiese supuesto la destrucción de hasta 1,5 kilómetros de playas y unas 25 hectáreas de arenales. El hoy Vicepresidente del Parlamento Europeo y expresidente de la Comunidad, Ramón Luís Valcárcel hizo oídos sordos y nunca ejecutó la sentencia, incluso en 2008 un perito del Tribunal Superior de Justicia recomendaba la continuidad de las obras.

Muchos años después, 11 concretamente desde aquella acción de Greenpeace y ANSE, y hoy nos queda el legado de un Mar Menor acorralado y contaminado. A su norte, el esqueleto de Puerto Mayor es una cicatriz más en una laguna costera maltratada por políticos que han ignorado que el Espacio Natural Protegido está en la U.C.I. Ayer por fin, anunciaba el Presidente del Gobierno de la Región que renunciaba a Puerto Mayor. Puede ser el principio de una nuevo mar Menor con la playa de Puerto Mayor restaurada, sus arenales recuperados y el hormigón quede sólo como testigo de la locura del pelotazo en estas fotos de nuestra acción durante la nevada de 2005.