El otro día pensaba en lo lejos que nos queda la Amazonia, ni más ni menos que en América del Sur y, sin embargo lo que dependemos de ella casi sin darnos cuenta.
Es el mayor bosque primario, y junto al resto de áreas boscosas del planeta, nos permiten una vida tal y como la conocemos. Sin los bosques primarios, tendríamos otro clima, otro recursos, en definitiva otra vida, si es que es posible que la vida existiera.
En forma de muebles, bancos etc..estamos muy relacionados con la selva amazónica. Pero muchas de las veces es una relación asociada a la destrucción de los bosques y la violación de los derechos humanos. Es increíble, que una silla de madera pueda llevar implícita esclavitud en el siglo XXI.
A través de la certificación FSC podemos hacer bien las cosas: disfrutar de un mueble cuya madera proviene de una planificación forestal ordenada, fuentes de ingresos local bien gestionados y una historia limpia en sus anillos de crecimiento. Me gusta observar esos anillos, porque me cuentan una historia de respeto a las comunidades indígenas, a la biodiversidad, al futuro y a nosotros mismos.
¡Yo quiero esa madera! y tú? infórmate en nuestra Guía de la buena madera.
Mónica Parrilla, ayudante de la campaña de Bosques de Greenpeace.
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