Magazine / marzo 2017

¿contamino viendo un capítulo de “house of cards”?

© Greenpeace

Sí y seguro que más de lo que imaginabas. Transmitir una hora de vídeo a la semana usa más electricidad en un año que dos neveras nuevas. Y es que el mundo ya es tecnológico, y nos encanta, pero queremos unas nuevas tecnologías verdes. Por ello en los últimos meses hemos lanzado una campaña en varias áreas del sector para pedir a los líderes punteros, como los desarrolladores de móviles, las plataformas de visionado de series televisivas o el buscador mundial de contenidos Google, que se pasen a las renovables.

Casi 20 empresas tecnológicas ya se han comprometido a usar el 100% de su energía de renovables

Aunque es un tema poco conocido, las grandes empresas que trabajan con datos y transferencia de datos, tanto escritos como audiovisuales, requieren de grandes cantidades de energía en el mantenimiento de sus servicios. Las compañías tienen la opción de usar por tanto energías sucias, anticuadas y contaminantes, o usar energías limpias y ser un ejemplo para las demás corporaciones y para la sociedad.

Por ello y para saber lo que contaminan empresas cuyos productos o servicios usamos en el día a día, como son Amazon, Google o Apple, en Greenpeace nos lanzamos a investigar el sector y presentamos la campaña “Clicking Clean”. Vinculado a ella, en el informe “¿Quién gana la carrera para crear un internet verde? 2017”, rastreamos la huella energética de los mayores centros de datos y de casi 70 de los sitios y aplicaciones más populares del mundo. Las principales conclusiones son que Apple, Google y Facebook están realizando algunos de los mayores avances en el sector hacia el uso de energía 100% renovable, mientras que Netflix, Amazon Web Services y Samsung quedan aún rezagadas. “Amazon continúa defendiendo las energías renovables, pero está manteniendo a sus clientes en la oscuridad sobre sus decisiones energéticas. Esto es preocupante, especialmente cuando la empresa se está expandiendo en los mercados cuya electricidad es generada mayoritariamente con energía sucia ”, comentaba Sara Pizzinato, responsable de Energía de Greenpeace España.

Netflix: ya habéis mejorado la TV, mejorad ahora el planeta

Cualquier fan de las series puede decir que su ocio es otro desde que cuenta con Netflix, una plataforma que ha llenado de calidad nuestro consumo audiovisual. Sin embargo, al descubrir que tiene una de las huellas de carbono más grandes de entre todas las compañías analizadas en nuestro informe, veíamos imprescindible pedirle que así como ha mejorado la tele, haga lo mismo con su consumo de energía. Así pues hemos lanzado vídeos, materiales en redes, hemos recogido firmas y nos hemos reunido con la compañía.

Netflix suma 83 millones de suscriptores en el mundo y contribuye significativamente a la demanda mundial de datos por streaming de vídeo. En 2015 afirmó que tenía la intención de paliar por completo su huella de carbono. Sin embargo nuestro análisis nos hace pensar que probablemente solo se esté planteando pagar multas por compensar sus emisiones de carbono o comprar certificados de energías renovables transmisibles sin garantía de que estén asociados a transacciones reales de electricidad verde. De ser así esto supondría un parche y no tendría ningún efecto en su inversión en energías renovables.

Aún no tenemos el compromiso de Netflix y seguiremos intentándolo, pero sí de casi 20 empresas tecnológicas a nivel mundial que ya se han comprometido a usar el 100% de su energía con fuentes renovables. Es una línea en la que seguiremos trabajando, ya que la industria de las tecnologías de la información consumió en 2012 el 7% de la electricidad mundial, una cantidad que crecerá y que se prevé que llegue a al 12% en 2017.

Nos colamos en el Mobile World Congress

Nuestros últimos pasos de esta campaña han sido en la celebración en Barcelona del MWC, la cita anual más importante del sector de los smartphones a nivel mundial. Allí Samsung celebró una presentación a toda la prensa de sus nuevos productos. Antes del evento nos subimos al Palau de Congressos de Catalunya con una pancarta en la que se leía en inglés “Reuse, recycle, rethink”, reusar, reciclar y repensar. Comenzada la conferencia, un activista entró en el evento y desplegó en el escenario una pancarta con el mismo mensaje. Queríamos con ello insistir a la marca para que lleve a cabo un plan responsable de reciclado de los 4.3 millones de unidades del Galaxy Note 7 que fueron retirados hace unos meses. LLevamos desde noviembre pidiéndoselo.

Ese mismo día lanzamos un informe sobre los 10 años del smartphone y la desastrosa huella ambiental que causa el actual modelo de producción del sector de móviles. La forma en la que los smartphones se han fabricado y desechado en los últimos 10 años está teniendo un gran impacto sobre nuestro planeta. La fabricación de móviles desde 2007 ha requerido el uso de 968 TWh (Teravatios hora), lo que casi equivale al suministro eléctrico anual de la India, y los dispositivos contribuirán significativamente a los 50 millones de toneladas de residuos electrónicos que se espera que se generen en 2017.

“Cuando tienes en consideración todos los materiales y energía requeridos para fabricar estos dispositivos, sus vidas tan cortas y el bajo porcentaje de reciclaje, está claro que no podemos seguir así. Necesitamos dispositivos que duren más, que puedan repararse y, en última estancia, necesitamos empresas que acojan un nuevo modelo de producción circular.”comentaba Elizabeth Jardim, investigadora de Greenpeace involucrada en la campaña, que mostraba así la urgencia de, más que nunca en este sector, “cambiar el chip”.

Texto Mónica Ortega Menéndez