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Greenpeace pide el cierre de la central térmica de Aboño tras el vertido de 10 toneladas de fuel

El derrame no solo evidencia el deterioro de la instalación, sino también la necesidad de avanzar hacia un modelo energético 100% renovable

Comunicado de prensa - junio 27, 2012
Tras el grave vertido de ayer, Greenpeace pide al Ministerio de Industria y al Gobierno del Principado de Asturias que inicien de manera inmediata los trámites para el cierre de la central térmica de carbón de Aboño, propiedad de Hidroeléctrica del Cantábrico (que pertenece a la portuguesa EDP) situada en el concejo de Carreño.

jueves, 22 de julio de 2004

© Greenpeace

La planta derramó diez toneladas de fuel lo que provocó la activación del Plan de Contingencia por Contaminación Marina y el cierre de cinco playas asturianas, las de Carranques, Xivares, Peña María, La Palmera y el Tranquero.

La organización ecologista recuerda que, además de los daños derivados de este episodio, hay que tener en cuenta que la central, que quema carbón importado, emitió 4,62 millones de toneladas de CO2 en 2010. En este sentido, Greenpeace reitera que la quema de carbón es una de las principales causas del cambio climático y representa "un lastre" tanto para el medio ambiente como para la economía española, por los costes que implica en materia de prevención de la contaminación y compra de derechos de emisión, pero también por los impactos sanitarios, tanto para los trabajadores del sector como para el conjunto de la población.

"Hace unos días celebramos la decisión de cierre de la central térmica de Pasajes, en Guipúzcoa, con lo que Iberdrola daba la razón a los argumentos de Greenpeace. Ahora es el turno de Aboño, una instalación insegura e innecesaria que lastra la lucha por el clima", ha declarado Aida Vila, responsable de la campaña de Cambio Climático de Greenpeace. "No podemos permitirnos mantener a flote 'pozos sin fondo' energéticos como este, que provocan enfermedades y deterioran el medio ambiente, además de poner en jaque a sectores como la pesca o el turismo", ha añadido Vila.

Greenpeace considera que un contexto de sobrecapacidad de instalaciones, el cierre de centrales térmicas de carbón (que solo cubren el 8% de la demanda) es un paso necesario para avanzar hacia un modelo energético basado 100% en energías renovables (que ya alcanzan un 35% del mix energético) y en la eficiencia cuya viabilidad técnica y económica está sobradamente demostrada. Algo indispensable para frenar los impactos del cambio climático, como la ola de calor que sufrimos estos días, y aumentar la independencia energética de España frente a las oscilaciones del precio de los combustibles fósiles.

Greenpeace recuerda el sinsentido energético en el que vivimos, con un Gobierno que presume de apoyar a las energías renovables a la vez que decreta una moratoria a las primas a estas energías y que argumenta que acabar con el carbón es reducir las subvenciones a la minería, sin abordar el cierre de centrales como esta o la reconversión del sector. "Nos parece inaceptable que el Gobierno traslade el peso de la lucha contra el carbón al minero, mientras justifica el mantenimiento de instalaciones obsoletas, que utilizan carbón importado y dejan en Asturias toda la contaminación. En la mina o en la calle, los asturianos sufren doblemente las consecuencias de la mala política energética del Gobierno", ha concluido Vila.

Posición de Greenpeace sobre el conflicto del carbón: http://www.greenpeace.org/espana/es/Blog/cuando-el-lobo-est-al-cuidado-del-rebao/blog/40811/