Literalmente inicié mi participación como voluntario de Greenpeace “con el pie derecho”. La cita fue un sábado por la mañana cerca de los Viveros de Coyoacán con el objetivo de colectar muestras de agua de la zona. Después de que todos los involucrados nos organizamos, nos pusimos botas de hule, cubre bocas y guantes para comenzar el llenado de las muestras.

Al iniciar la toma me encontré parado a la mitad del cause de un río de donde emanaba el característico y desagradable olor a drenaje que inundaba toda la zona. Ya casi estábamos por terminar cuando sentí con desagrado que mi pie derecho estaba húmedo debido a una picadura en la bota que no habíamos notado, al sentir esto salí del agua para asearme.

Ya terminada la toma de la muestra tuvimos la oportunidad de platicar con la campañista a cargo y nos dijo algo que me inquieto más: El agua que estuvo en contacto con mi pie, que pertenece al río Magdalena, es un río vivo, un río que debería fluir con agua limpia y cristalina favorable para la vida.

El proyecto que requería las tomas de agua necesitaba muestras de diversas zonas de la Ciudad de México, varias de ellas en la zona urbana, donde todos los asistentes estábamos preocupados por no estar en contacto con el agua sucia; otras tomas se realizaron en las zonas boscosas de la periferia de la ciudad donde lo único que nos “preocupaba” era lo fría que estaba el agua.

Una de las cosas que llamó más mi atención fue cuando acudimos a un lugar en la delegación Iztapalapa, zona conocida por la constante falta de agua. Ahí realizamos la toma en un huerto sustentable de hortalizas. La mayoría del agua que usan en ese huerto proviene de la captura de agua de lluvia, agua que posteriormente fertilizan naturalmente ayudándose de patos y peces, fue muy sorprendente saber que esa agua verdosa que a simple vista nos haría pensar que esta muy contaminada es mucho más saludable que el agua tratada con la que riegan los cultivos de los alimentos que regularmente ingerimos.

A lo largo de ese proyecto pude ver de frente la realidad de la contaminación y escasez de agua, un problema conocido por todos pero ignorado por la mayoría.

Vi como los cuerpos de agua que ingresan naturalmente a la ciudad son destruidos, entubados y contaminados dejándolos inservibles para el consumo. También pude ver como hay alternativas que nos brindan la oportunidad de aprovechar agua de otras fuentes.

La principal causa de los problemas que estamos teniendo referente al agua es la indiferencia que los gobiernos, los empresarios y la sociedad tienen al respecto y solo terminando con esa indiferencia podrá haber agua para todos.

Por esto te invitamos a convertirte en un #DefensordelAgua y a firmar nuestra petición, porque al hacerlo, automáticamente envías una carta a los encargados de hacer la siguiente Ley de Aguas. Queremos ser escuchados, queremos una Ley de Agua para Ciudadanos. Queremos una ley que respete el derecho de todos a tener agua. 

¡Únete!