No es lo que queríamos encontrar. Cuando Greenpeace zarpó hacia la Antártida a principios de este año, íbamos a buscar la increíble vida silvestre: pingüinos tambaleantes, majestuosas ballenas, aves marinas en alza, que llaman hogar al Océano Antártico, pero incluso en estas aguas remotas, no podíamos escapar de la contaminación plástica.

El análisis ahora muestra que los microplásticos y los productos químicos estuvieron presentes, en las muestras de agua y nieve que tomamos en la Antártida durante nuestra reciente expedición. Esto revela que incluso el "último desierto del mundo" está contaminado con residuos de microplásticos y productos químicos peligrosos persistentes.

Parte de la contaminación fue visible de inmediato: nuestra tripulación vio desechos de la industria pesquera flotando en las aguas, como boyas, redes y lonas alquitranadas entre icebergs. Sacamos estos artículos del agua cuando los encontramos. Pero, como muestra este descubrimiento de microplásticos, el problema va más allá de la basura visible y debe abordarse desde la fuente.

Antartida 1

Ahora se ha encontrado plástico en todos los rincones de nuestros océanos, desde el polo norte hasta el polo sur, e incluso en el punto más profundo del océano. Anteriormente se pensó que las corrientes oceánicas alrededor de la Antártida actúan como una especie de zona de amortiguación, protegiendo a la región del plástico que está contaminando el resto de los océanos del mundo. Si bien es posible que algunos de los microplásticos que encontramos provengan de fuentes locales (como las terrestres o el transporte marítimo), algunos estudios sugieren que los microplásticos podrían provenir de lugares más alejados.

Los químicos que detectamos en las muestras de nieve también muestran lo penetrante que puede ser el impacto de la humanidad. Estos productos químicos son utilizados en procesos industriales y productos de consumo, y se han relacionado con problemas reproductivos y de desarrollo en la vida silvestre. Las muestras de nieve recolectadas incluyeron nieve recién caída, lo que sugiere que los químicos peligrosos provenían de la atmósfera.

Nuestro muestreo de nieve y arrastre de agua fueron una parte importante del trabajo científico que Greenpeace llevó a cabo durante nuestra expedición de tres meses en la Antártida. Si bien no es la primera vez que se encuentran microplásticos en la Antártida, el informe de Greenpeace confirma la cantidad significativa y mensurable de contaminación plástica en esta parte del mundo.

Antartida 2

Nuestro análisis proporciona nueva información valiosa para profundizar nuestra comprensión sobre el problema de la contaminación por plástico en nuestros océanos, y nos ayuda a enfatizar por qué necesitamos medidas urgentes para abordar el problema en la fuente, a fin de proteger nuestros océanos y la vida marina. 

Eso significa tomar medidas ambientales para proteger nuestros océanos. En todo el mundo, debemos detener el flujo de plástico hacia los océanos pidiendo a las empresas que reduzcan la cantidad de plástico que se produce e instamos a los gobiernos a introducir medidas que puedan ayudar a terminar con la era del plástico de un solo uso.

También significa crear refugios seguros en el mar, que están fuera de los límites de la actividad humana, para permitir que los animales se recuperen de las amenazas que enfrentan. Este año, los gobiernos tienen la oportunidad de crear un Santuario del Océano Antártico, protegiendo un área cinco veces mayor que Alemania. 1.6 millones de personas en todo el mundo respaldan la convocatoria de este gran santuario oceánico. Encontrar contaminación plástica y química en la Antártida solo aumenta las apuestas y aumenta la presión sobre los gobiernos para que lo protejan.

Boton plasticos