La semana pasada estuvimos en Guadalajara, Jalisco, para presentar una de nuestras propuestas en materia de tecnologías y medio ambiente, porque en Greenpeace pensamos que sí es posible ser innovadores y al mismo tiempo ser conscientes de que hay alternativas para frenar las huellas tóxicas que dejan los productos electrónicos que utilizamos diariamente.

Por eso y en el corazón del punto donde se reúnen cada año los líderes de la industria de la tecnología con las y los jóvenes que disfrutan de tener los gadgets más avanzados, hablamos de la importancia de que los teléfonos inteligentes (Smartphones) sean también sustentables y amigables con nuestro planeta.

¿Cuál es el problema con los Smartphones que, seamos sinceros, nos facilitan tanto la vida? Solo para darnos una idea de la dimensión de la situación basta con ver el caso de México. Para este año se estima que las personas en nuestro país tendrán unos 80 millones de Smartphones. ¿Qué quiere decir esto? Que existe una amenaza latente de que las sustancias tóxicas contenidas en muchos de nuestros ​gadgets como PVC, ftalatos, retardantes de flama, berilio, entre otros sean gradualmente desechadas en el medio ambiente sin un manejo adecuado. Se trata de sustancias tóxicas que con el paso del tiempo ingresan en el ecosistema y que pueden amenazar la vida de distintas especies, incluyendo por supuesto, la humana.

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