Imaginar el planeta como un cubo de hielo se vuelve imposible desde el Golfo de California, el hogar de la vaquita marina donde las temperaturas alcanzan cotidianamente los 40 grados centígrados. Sin embargo, 21 mil años atrás las condiciones del planeta no eran como lo son ahora, ya que en ese entonces enfrentábamos la era de hielo.

Cuando las zonas frías comenzaron su retirada, algunas especies quedaron “atrapadas” en sus zonas de confort climático, lo que hoy llamamos relictos o refugios pleitocénicos. Estas zonas dieron origen a una gran cantidad de especies nuevas y variedades que se transformaron en exclusivas de ciertas zonas, como por ejemplo las vaquitas marinas en el Golfo de California, haciéndolas endémicas de México.

No existe otro lugar en el planeta donde exista la vaquita marina, su historia de vida la restringe a este lugar donde hoy su existencia peligra. La pesca ilegal, pero principalmente la de otra especie también amenazada llamada totoaba, está acabando con la única población de vaquitas marinas que hay y necesitamos terminar con las condiciones que la convierten en el mamífero marino más amenazado del mundo.

Hoy la tasa de extinción de las especies es alarmante, mucho más que en el tiempo de la extinción de los dinosaurios, lo que nos hace enfrentarnos a la sexta extinción masiva que ha visto la historia del planeta.

Imaginar un planeta lleno de hielo es tan difícil como imaginar el Golfo de California sin vaquitas, pero depende de nosotros hacer algo, todos podemos contribuir a salvar a un animal que es endémico y que, igual que 120 millones de personas, la historia la ha vuelto ¡orgullosamente mexicana!