Energía y cambio climático

El cambio climático es la mayor amenaza medioambiental a la que se enfrenta nuestro planeta.

Desde la revolución industrial hasta hoy, la quema de combustibles fósiles (petróleo, carbón y gas), que se usan para producir energía, libera gases de efecto invernadero (CO2) a la atmósfera, aumentando la temperatura de la Tierra y provocando una  distorsión en el sistema climático global.

La humanidad se encuentra ante una encrucijada histórica. Los científicos advierten que si la temperatura global supera los 2°C las consecuencias serán catastróficas. Si cruzamos este umbral, los impactos económicos, sociales, políticos, culturales y ambientales perjudicarán seriamente a todas las regiones del mundo.

Consecuencias e impactos

* Derretimiento de los glaciares y otras masas de hielos permanentes en todo el planeta (situación que pone en riesgo las más importantes reservas de agua dulce del mundo y que causará la crecida del nivel del mar)

* Incremento de olas de calor, inundaciones y sequías

* Expansión de enfermedades

* Colapso de numerosos ecosistemas como los páramos, que cumplen una función vital para la regulación del ciclo del agua

 Nuestra propuesta

Greenpeace trabaja para lograr un modelo energético sostenible y apuesta por una revolución energética capaz de reducir las emisiones de CO2 para evitar un cambio climático fuera de control en el que la opción nuclear esté definitivamente descartada.

Para esto es fundamental un cambio en la forma de producir y usar la energía. La sustitución de fuentes de energía sucias (carbón, gas, nuclear y petróleo) por otras limpias (solar y eólica) necesita: la paralización de los nuevos proyectos de centrales térmicas, el cierre progresivo de las centrales nucleares y el apoyo a las energías renovables.

Ahora es el momento de comprometernos con un futuro energético realmente seguro y sustentable; construido sobre la base de tecnologías limpias y la creación de millones de nuevos puestos de trabajo.

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