Greenpeace y las ballenas

La actuación de Greenpeace ha sido fundamental para frenar la matanza de ballenas. En alta mar, nuestros activistas han interpuesto sus cuerpos, sus lanchas y sus barcos para evitar el disparo de los arpones de barcos balleneros. También han protestado pacíficamente ante las embajadas y los gobiernos de Japón y Noruega para que suspendan la cacería. Estas acciones han logrado suspender la caza de varias especies de ballenas. Más aún, se ha conseguido la creación de santuarios balleneros, uno de los cuales abarca todos los mares patrimoniales de México.

En 1975 Greenpeace empezó su campaña para salvar a las ballenas ya que estaban desapareciendo de los océanos. La mayoría de las especies de grandes ballenas se encontraban cerca de la extinción por la incontrolable cacería industrial. ¡Algunas especies, como la ballena franca y la azul, habían perdido hasta 97 por ciento de su población!

A través de acciones directas en el mar, campañas públicas y cabildeo político, Greenpeace promovió que la Comisión Ballenera Internacional (CBI) decretara en 1986 una moratoria a la cacería comercial de ballenas. En aquel entonces Greenpeace esperaba que la industria ballenera desapareciera y casi lo consiguió.

De las nueve naciones que cazaban ballenas en 1989, cuando la moratoria entró en vigor, ocho dejaron de cazar ballenas. Sin embargo, Japón y Noruega buscaron lagunas jurídicas en el decreto o abiertamente desafiaron las resoluciones de la CBI para continuar cazando ballenas.