Destrucción de manglares

Los humedales son uno de los ecosistemas existentes con los que contamos en nuestro país y entre ellos los manglares, que son humedales costeros, ocupan un lugar privilegiado por la riqueza natural que encierran y los beneficios ambientales que nos brindan.

Los manglares desempeñan un importante papel como barrera natural que contiene la erosión de vientos y mareas, contribuyendo al mantenimiento de la línea de costa y el sostenimiento de arenas sobre las playas, filtran el agua, permiten el abastecimiento de los mantos freáticos, capturan gases de efecto invernadero y actúan como sumideros de carbono.

Asimismo, son de gran importancia para las pesquerías, como la de camarón, entre otras funciones. Los manglares nos proporcionan beneficios ambientales equivalentes a miles de dólares; sólo por producción pesquera, en el Golfo de California generan beneficios por el orden de los 37 mil 500 dólares por hectárea al año.

Desafortunadamente, estos ecosistemas se encuentran en riesgo. Las principales amenazas de los manglares en el país son la tala motivada por la ampliación de la frontera agrícola-ganadera, la destrucción ocasionada por el desarrollo de centros turísticos y urbanos, así como la construcción de granjas camaronícolas y la actividad petrolera.

La Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) indica que a nivel mundial las pérdidas más grandes en los ecosistemas de manglar de 1980 al 2005 han ocurrido en México, Honduras, Panamá, Estados Unidos y las Bahamas.

De hecho, México perdió 65 por ciento de estos ecosistemas, por lo que únicamente le quedan 770,057 hectáreas. El Instituto Nacional de Ecología (INE) estima que se está perdiendo el ecosistema de manglar a una tasa promedio de 2.5 por ciento anual.

El INE indica que si las tasas de pérdida anual se mantienen constantes se estima que para el año 2025 habrá una disminución de entre el 40 y el 50 por ciento de la superficie de manglar estimada para el año 2000.

¿Y cuál es su situación legal?

Desde febrero del 2007, los manglares están protegidos la Ley General de Vida Silvestre (LGVS), sin embargo actualmente existen diversas iniciativas para modificar dicho artículo con la intención de poder destruir manglares con el objetivo de construir obra pública y privada.

Greenpeace ha logrado frenar tres iniciativas que han intentado acabar con esta protección legal y continuará trabajando para preservar los manglares.

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