Inserción de Sin maíz no hay país en La Jornada

Noticia - 23 julio, 2008
Publica la campaña "Sin maíz no hay país" una inserción en La Jornada para exigir la protección del maíz mexicano, la prohibición de la siembras transgénicas, incentivos y protección a la producción de este grano nativo

Activistas de Greenpeace trazan una gran interrogación en un campo donde se está sembrando una variedad de maíz transgénico de Monsanto, pues este producto ha propiciado daños en riñón e hígado en ratones de laboratorio.

Al gobierno federal:

Desde 1999 se han sumado miles de peticiones de los más diversos sectores de la sociedad solicitando al gobierno mexicano aplicar el principio de precaución frente al maíz transgénico. Existen evidencias científicas sobre los riesgos que implica esta tecnología aplicada a  nuestro principal alimento: EL MAIZ, nuestra raíz.

En aquella fecha éramos un ciento solicitando la moratoria a la siembra de maíz transgénico. En estos años se han realizado reuniones en la mayor parte de los estados de la República, en los que se han pronunciado en contra del maíz transgénico y se ha exigido la protección de los maíces mexicanos.

En 2006 firmamos un manifiesto alrededor de 100 organizaciones y 500 personas, destacando científicos nacionales e internacionales de gran reconocimiento. Planteamos lo que debería ser el Régimen de Protección Especial del Maíz y le hicimos llegar nuestra propuesta, primero al presidente Fox después a Calderón. A la fecha no hemos sido atendidos.  

El año pasado publicamos una carta firmada por personalidades: artistas, cineastas, empresarios, intelectuales, periodistas; más de 340 personas y 40 organizaciones, solicitamos que se “Cuidara nuestro maíz salud y nuestra salud”; con la interrogante: “Estados Unidos y Europa, desarrolladores de la tecnología transgénica, no la permiten para su cereal básico,el trigo. ¿Por qué se quiere aplicar al maíz, base de la alimentación de los mexicanos?”

El 31 de enero de este año se presentó el Pacto Político por la Soberanía Alimentaria y Energética, los Derechos de los Trabajadores y las Libertades Democráticas firmado por las principales organizaciones nacionales campesinas y de trabajadores en el que se asentaba, entre otros puntos, “k)… Rechazamos la siembra de transgénicos…”. En marzo se entregaron al Senado de la República más de 400 mil firmas exigiendo prohibir la siembra de maíz transgénico y la protección y mejoramiento del patrimonio genético de los maíces mexicanos, incentivo a la producción de maíces nativos y cultivos orgánicos.

Durante el mes de abril pasado en la consulta de la Comisión de Federal de Mejora Regulatoria del Anteproyecto de las disposiciones jurídicas del Régimen de Protección Especial del Maíz  se recibieron casi 7 mil comentarios la mayor parte en contra de la siembra de maíz transgénico, resalta el comentario conjunto de 40 investigadores del Colegio de Postgraduados.

Las solicitudes a favor son mínimas y es singular que algunos productores señalen el desconocimiento de los transgénicos y piden más información. El 8 de mayo pasado 40 organizaciones y numerosos científicos demandamos moratoria a la siembra de maíz transgénico.

La mayor riqueza que tenemos las y los mexicanos son nuestros recursos naturales, entre estos el maíz ocupa un lugar fundamental. Incluidos en Mesoamérica somos el centro de origen y diversidad de este cultivo y eso nos convierte en el reservorio genético de las semillas de maíz frente a una catástrofe ambiental mundial y la hambruna global.

Hoy la crisis alimentaria nos da la razón, la protección de la agricultura campesina e indígena y las propuestas agroecológicas son la mejor forma de enfrentarla. Aumentan los precios de los alimentos y de todos los insumos para la producción, las semillas incrementan su precio en tanto las empresas transnacionales como Monsanto redoblan sus ganancias y privatizan con patentes las semillas de maíz transgénico que contaminan al maíz mexicano.

Mientras la cuestionada tecnología transgénica, no ha logrado demostrar incrementos en la producción, por ejemplo, en abril del 2008 la Universidad de Kansas publicó un estudio que demuestra que la productividad de los cultivos transgénicos (soya, maíz, algodón y canola) fue menor que en la época anterior a la introducción de transgénicos, tras analizar la producción del cinturón cerealero de Estados Unidos durante los últimos tres años.

Somos cientos de miles que exigimos al gobierno mexicano un Régimen de Protección Especial del Maíz, en apego a la Ley, que: preserve el territorio nacional como centro de origen y diversificación continua de nuestro principal alimento;

Establezca la moratoria por tiempo indefinido al cultivo de maíz transgénico;

Salvaguarde las semillas mexicanas como un bien común;

Proteja con recursos públicos y bajo la rectoría del Estado a los maíces nativos y evite la contaminación y acumulación irreversible de ADN transgénico.

¡Antes de tomar una decisión que tendría repercusiones tan amplias sobre nuestro principal alimento se debe  impulsar un debate nacional!

Campaña “Sin Maíz No Hay País”

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