Noticia - 16 julio, 2010
Tras el anuncio de que British Petroloeum (BP) ha controlado el derrame de crudo en costas de Estados Unidos en el Golfo de México, no se puede cantar victoria, señaló Greenpeace.
La organización ambientalista explicó que este es un intento más para cerrar definitivamente el pozo, pero no significa que todo esté solucionado y se deban olvidar los impactos que se han provocado a los ecosistemas marinos y costeros por más de 87 días.
“BP cree que finalmente ha conseguido tapar el pozo que ha vertido más de 700 millones de litros de petróleo en el Golfo de México, pero es necesario saber si la campana - que nunca ha sido probada- resistirá la presión, tenemos que esperar cómo se desarrolla este proceso en las siguientes horas y días”, dijo Alejandro Olivera, coordinador de la campaña de océanos y costas.
Es desafortunado que el gobierno de Estados Unidos de América finque en una compañía petrolera negligente su esperanza de tapar los ductos por los que escaparon miles de litros de petróleo.
Con este derrame, nuevamente se demostró que la extracción de combustibles fósiles es una actividad altamente riesgosa y ningún gobierno ni empresa en el planeta tiene la capacidad de responder efectivamente a este tipo de situaciones.
BP ya ha hecho un daño incalculable que afectará a la región del Golfo de México por décadas. Es el momento para que en nuestro país, Petróleos Mexicanos deje de apostar por la perforación de aguas profundas para extraer hidrocarburos.