Noticia - 27 julio, 2010
Esta mañana, en una acción pacífica, Greenpeace clausuró todas las estaciones de gasolina de British Petroleum (BP) en el centro de Londres y en ellas colocó el mensaje "Cerrado. Dejemos atrás el petróleo ".
En pequeños equipos, los activistas de la organización ambientalista cerraron las bombas de servicio y retiraron cuidadosamente los interruptores para evitar que vuelvan a utilizarse. En cada estación, Greenpeace sustituyó el logotipo de BP -un girasol verde y amarillo- por uno que se hunde en un mar de petróleo, para mostrar al público el derrame de crudo que ha dejado la explotación de aguas profundas en el Golfo de México.
BP tiene previsto anunciar el nombramiento de Bob Dudley como nuevo director general de la empresa. Además, en los próximos días se publicarán los informes sobre las pérdidas de la transnacional, derivadas de la limpieza y los gastos legales derivados del gran derrame en el Golfo de México.
El nuevo jefe de BP, Bob Dudley, debe dar un giro a los planes actuales de la empresa y no extraer petróleo de los pozos en aguas profundas en Libia y en el Ártico, donde una derrame puede tener consecuencias aún más devastadoras que en el Golfo de México, advirtió Kumi Naidoo, director ejecutivo de Greenpeace Internacional.
El derrame petrolero en el Golfo de México es una señal de alerta al mundo para parar la explotación en aguas profundas, ante ello, Greenpeace demanda:
- prohibir inmediatamente nuevas perforaciones en alta mar – incluso en Libia y en el Ártico- y la exploración de todas las fuentes no convencionales de petróleo de alto riesgo (como la arenas bituminosas canadienses);
- poner fin a los subsidios a los combustibles fósiles y aumentar el apoyo a la generación de energía limpia;
- impulsar leyes y políticas que combatan el cambio climático y estimulen una revolución de energías limpias.