El Rainbow Warrior, buque insignia de Greenpeace, llegó este martes a Prachuab Kirikhan, el hogar de uno de los más fuertes movimientos comunitarios de base del sudeste asiático, para honrar a los movimientos populares de Tailandia por la justicia ambiental.
Greenpeace y la comunidad de Prachuab Kirikhan en la provincia de Chumphon se unieron en la ciudad de Bo Nok, al lado de la "Gloria de la Tierra" monumento dedicado a Charoen Wataksorn, un destacado activista que dedicó su vida a la protección y defensa de los valores ambientales y los derechos de la comunidad y sellaron de manera conmemorativa la cápsula del tiempo que contiene las declaraciones, artículos, libros, fotos, vídeos, carteles y otros recuerdos de esta lucha.
La vida de Charoen ha encendido e inspirado a las comunidades locales en Tailandia y Asia para seguir luchando por un futuro mejor y para hacer posible la justicia social. Charoen, junto con activistas de la interdicción Krut, Kirikhan Prachuab, y Greenpeace, dirigió con éxito una protesta de alto perfil contra el Krut Ban y Bo Nok, proyectos de energía alimentadas con carbón vegetal en la provincia. Él continuó oponiéndose a las centrales a pesar de numerosas amenazas contra él y su familia, pero fue asesinado en 2004.
La historia de los movimientos populares por el medio ambiente de Tailandia son parte de la historia mundial de la lucha por la justicia ambiental y la lucha contra el cambio climático. Esta cápsula del tiempo es un símbolo de la aspiración colectiva de las personas y comunidades que están a la vanguardia y en el camino hacia el desarrollo verde.
"Nuestro movimiento habla en nombre de todas las personas que han sufrido y luchado contra el desarrollo que ha llegado a costa del medio ambiente y la salud y la vida de las comunidades locales. Los gobiernos pasan por alto la sabiduría tradicional y la dignidad, y llevan a cabo políticas que no son pertinentes ni correctas para las comunidades locales. La Red Ambiental Prachuab Kirikhan tiene el compromiso de proteger el medio ambiente del sur de Tailandia, y no permitirá que ninguna de las plantas de energía sucia y peligrosa se construyan", dijo Jintana Kaew-Kwao, líder de la Red Ambiental Prachuab Kirikhan.
El Rainbow Warrior se unió a las movilizaciones de la comunidad para pedir al gobierno tailandés dar prioridad y apoyar las inversiones que ayudarán a poner al país en una vía de desarrollo verde, con saltos tecnológicos, innovaciones y una política audaz además de una nueva solidaridad entre clases sociales y generaciones.
Greenpeace se enorgullece de ser parte de movimientos comunitarios que están luchando para que el desarrollo verde sea una realidad.
Greenpeace pide al Gobierno de Tailandia cambiar el rumbo de desarrollo sucio e invertir en el desarrollo verde para un futuro de paz:
- Incrementar las inversiones en eficiencia energética y tecnologías de energías renovables, poniendo fin a todas las subvenciones a los combustibles fósiles, los proyectos nucleares y las industrias que consumen mucha energía en Tailandia; Limpie el río Chao Phraya, con plazos claros para reducir, limitar y finalmente eliminar las descargas de sustancias químicas tóxicas en todas las fuentes de agua de Tailandia;
- Adoptar políticas nacionales para promover prácticas de agricultura sostenible en Tailandia mediante la prohibición de los cultivos de alimentos genéticamente modificados y poner fin a todas las subvenciones a los plaguicidas y fertilizantes químicos en Tailandia, y
- Poner en práctica medidas estrictas para proteger y evitar la deforestación, así como detener todos los proyectos y políticas de desarrollo que son amenazas potenciales para las áreas forestales y la biodiversidad.
El buque insignia de Greenpeace Rainbow Warrior se encuentra en Tailandia para iniciar la gira por el sudeste asiático "Turn the Tide" (cambiando el rumbo de la marea). Greenpeace pide a las naciones miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático apoyar las inversiones ecológicas y adoptar la vía de baja emisión de carbono de crecimiento para el desarrollo futuro. La gira celebra 10 años de campañas de Greenpeace del Sudeste de Asia para proteger los bosques, catalizar una revolución energética, promover la agricultura sostenible, y detener la contaminación del agua en la región.