Activistas detenidos por mostrar la falta de seguridad en una central nuclear

Noticia - 16 febrero, 2011
Más de veinte activistas de Greenpeace accedieron este martes al interior de la central nuclear de Cofrentes, en Valencia, España, demostrando la falta de seguridad en las instalaciones por lo que esta organización pide que no se renueve a la central el permiso de explotación que vence el próximo 19 de marzo, y se proceda a su cierre definitivo.

Activistas de Greenpeace escalaron una torre de refrigeración de una central nuclear española para exigir que se rechace la renovación del permiso que esta tiene para operar.

Los activistas permanecieron durante siete horas en la central con una protesta pacífica. Seis escaladores subieron a la torre de refrigeración, de 125 metros de altura, donde pintaron el mensaje: “Peligro nuclear”. Otro grupo de activistas desplegó una pancarta con el lema: “Cofrentes: cierre ya”. En respuesta, 15 activistas y un fotógrafo independiente fueron detenidos y trasladados al cuartel de la Guardia Civil en Requena.

Greenpeace reitera que en ninguna de las actividades realizadas se recurrió a la violencia, y si tal y como afirma el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), durante la acción tres trabajadores de la central resultaron heridos, en ningún momento fue ocasionado por un comportamiento violento de los activistas.

Desde el primer momento del ingreso la organización ecologista avisó a la sala de emergencia del CSN, mediante una llamada telefónica, de la entrada de los activistas en la central nuclear para llevar a cabo una acción de protesta pacífica.

“El desvío de la atención hacia la incuestionable actitud pacifista de los activistas es una maniobra para evitar la cuestión clave: la falta de seguridad en las centrales nucleares y la necesidad urgente de establecer un calendario de cierre”, afirmó Miren Gutiérrez, directora ejecutiva de Greenpeace España.

Greenpeace exige seriedad en las valoraciones sobre su protesta y considera especialmente grave que Miguel Sebastián, ministro de Industria, Turismo y Comercio, haya afirmado “que se haya utilizado la violencia”. Greenpeace pide una rectificación pública al ministro porque sus declaraciones carecen de todo fundamento.

Las acciones de Greenpeace se llevan a cabo siempre regidas por la no violencia, un principio que ha permitido a la organización ecologista desarrollar su denuncia pública durante sus cuarenta años de trayectoria.

Finalmente Greenpeace demandó al presidente José Luis Rodríguez Zapatero, que apueste por un modelo energético verdaderamente seguro. Por ello, le exige que cumpla de una vez el compromiso de poner en marcha un plan de cierre de las centrales nucleares y de potenciar las energías renovables y el ahorro y la eficiencia energética.

“Las centrales nucleares son instalaciones de alto riesgo, no solo por basarse en una tecnología peligrosa, sino también por ser, como reconocen abiertamente las agencias de inteligencia de todo el mundo, objetivo potencial de ataques terroristas”, declaró Carlos Bravo, responsable de la campaña de Nuclear de Greenpeace.

“Pedimos a Gobierno, a la fuerza patronal y sindicatos que apoyen sin titubeos las energías renovables, aunque sea por el enorme potencial de creación de empleo que tienen, y se olviden de la energía nuclear que, además de ser sucia y peligrosa, genera muy pocos puestos de trabajo comparativamente”, concluyó Bravo.

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