Noticia - 11 julio, 2013
Activistas de Greenpeace escalaron durante 15 horas el edificio más alto de Europa, en Londres, para denunciar los planes de perforación de Shell y Gazprom en el Ártico ruso.
Luego de 15 horas de una dura escalada por la fachada principal del edificio más alto de Europa Occidental, seis mujeres activistas de Greenpeace finalmente alcanzaron la punta del rascacielos Shard a las 19:08 horas locales (13:08 de México), en una acción para denunciar los planes de perforación de Shell en el Ártico ruso.
Las escaladores fueron vitoreadas por una multitud reunida al pie del edificio al tiempo que fueron observadas también por miles de personas mediante una transmisión en vivo vía internet.
Tras alcanzar la punta a 310 metros del suelo, dos de los activistas desplegaron una manta de 32 pies cuadrados con la leyenda “Salva el Ártico”. El equipo de escaladoras comenzó su ascenso pasadas las 4:00 horas locales (22:00 de México), luego de evadir a los guardias de seguridad en la planta baja del edificio. A lo largo del día lucharon para llegar hasta la punta del Shard.
El edificio Shard está ubicado frente a tres oficinas de Shell, incluyendo la sede central del gigante petrolero. Esta empresa ha invertido miles de millones de euros en programas de perforación en Alaska y Rusia. A pesar del reclamo global en defensa de la región ártica, Shell se niega a abandonar sus planes.
Sandra Lamborn, activista procedente de Suecia y escaladora, aseguró: “No se puede realizar perforaciones petroleras en el Ártico, las condiciones climáticas allí harían que un derrame de petróleo sea devastador. Hoy escalamos este rascacielos para exigirles que se detengan”.
“Llevar la bandera para salvar el Ártico hasta la punta del Shard es algo sobresaliente y no soy el único que lo vio, los ejecutivos de Shell, cuyas oficinas se encuentran alrededor de este edificio, simplemente no podrán ignorar lo que hemos hecho. Gracias a esta acción, 50 mil personas más se han unido a nuestra campaña”, afirmó tras la acción John Sauven, director ejecutivo de Greenpeace en el Reino Unido.
La campaña de Greenpeace Salva el Ártico demanda que la región sea declarada área protegida y se prohíban las actividades industriales que atentan contra este ecosistema único. Más de tres millones de personas ya firmaron la petición.