Greenpeace en México 1993
En su presentación pública, activisatas de Greenpeace escalan la fuente de La Diana Cazadora, para ponerle a la estatua -símbolo de la Ciudad de México- una máscara y tanques de oxígeno, en protesta por los altos índices de contaminación ambiental registrados.
© Greenpeace / José Luis Magaña
En mayo de 1993, cuando iniciamos nuestro trabajo público con una decena de ciudadanos comprometidos, lanzamos nuestra primera campaña local exigiendo a las autoridades del Distrito Federal medidas estrictas para disminuir la polución del aire, que en ese momento colocaba a la Ciudad de México como la metrópoli más contaminada del mundo. Para hacer llegar el mensaje, se colocó una máscara y tanques de oxígeno a la Diana Cazadora. Ahí, fue cuando esta larga historia dio inicio.
Un año después de divulgar investigaciones rigurosas, científicas, argumentos sólidos y protestas creativas y pacíficas, conseguimos que el Gobierno del Distrito Federal reconociera que la concentración de contaminantes en la capital del país era mucho mayor de lo que se admitía e incorporara la cuantificación de otros compuestos, como el benceno y así endurecer el monitoreo en la calidad del aire.
El riesgo ha disminuido, pero a pesar del esfuerzo aún existe una mala calidad en aire en la Ciudad de México y se requieren de nuevos medidas urgentes que permitan a millones de personas respirar un aire más limpio.
A 20 años de distancia, Greenpeace en México llega a la madurez con experiencia, empuje y con la fortaleza y credibilidad para cuestionar, denunciar y ofrecer soluciones que permitan preservar el medio ambiente en esta región del mundo. Muestra de ello es que desde el año 2002 somos autosuficientes económicamente y a la fecha contamos con 34 mil socios activos. Además tenemos el respaldo de 420 mil ciberactivistas y 457 mil 868 seguidores en redes sociales, que juntos, usan su poder para levantar la voz y exigir a los tomadores de decisiones en nuestro país que cumplan sus obligaciones de cuidar los recursos naturales.
Como muestra de la influencia de la sociedad organizada que apoya a Greenpeace, en junio de 2012 se consiguió que el ex presidente Felipe Calderón cancelara el proyecto megaturístico Cabo Cortés, que dañaría la reserva natural de Cabo Pulmo, en Baja California Sur.
Otro ejemplo de lo que es posible con El Poder de la Gente, es haber logrado que en 2012, la marca global de jeans Levi’s se comprometiera a dejar de contaminar los ríos del mundo con descargas de sustancias tóxicas, y que ese logro se obtuviera en México al denunciar los residuos industriales de sus proveedores en Querétaro y Aguascalientes.
En este 2013, los retos de Greenpeace en México son muchos y por ello seguirá señalando de manera pacífica pero contundente las deficiencias de las políticas públicas y las actividades de empresas nacionales o extranjeras que dañen nuestro entorno.
Aún falta muchísimo por hacer y, en este momento, seguiremos exigiendo que el gobierno mexicano cancele las solicitudes de siembra comercial de maíz transgénico en nuestro campo, pues se pone en riesgo nuestra soberanía alimentaria y aunque hasta el momento la administración de Enrique Peña Nieto no ha dado una respuesta clara, insistiremos y presionaremos para que se proteja el maíz nativo.
También denunciaremos las intenciones del gobierno para perforar aguas profundas del Golfo de México en búsqueda de petróleo y gas, lo que sin duda es una gran estupidez por el alto riesgo ambiental y los elevados costos que representa. Continuaremos sembrando la semilla de la [R]evolución forestal que nos permita reducir la deforestación y ofrecer soluciones para un manejo sustentable de nuestros bosques; además, exhibiremos a la industria que contamina nuestros ríos.
Todo esto con un gran compromiso con la sociedad para proteger el medio ambiente con independencia política y económica, alejado de partidos políticos y empresas. Greenpeace: 20 en México con El Poder de la Gente.